jueves, 12 de julio de 2007

la nueva propuesta de la televisión nacional: impacto, relativismo y ventas


Por VictorVíctor H. Romero

Si hay algo de temer en este país es al mal manejo informativo de la televisión nacional

Desde hace varios meses el tratamiento informativo que implementan los telediarios, sean locales o nacionales;, ha llegado a los niveles más bajos de calidad, puesto que ahora no sólo se busca informar a medias, sino causar impacto, antes que comunicar, proporcionar al televidente todas las aristas de un hecho noticioso para que, por sí sólo, pueda llegar a una sana conclusión a partir de una lectura personal de la coyuntura diaria, por. Por si esto fuera poco también pretenden inducirlo al a consumir con una serie de ofertas de “tv-compra”, terminando de esa forma en destruir todo principio de información.

Que la televisión es comercial no es un secreto, pero al paso que vamos, no queda otra que correr el riesgo de pecar de puritanos y exigir un poco de mesura, pero. Pero empecemos por partes: la televisión se convirtió en una testera política en la que se promueve no sólo el enfrentamiento entre las partes, también se asume una posición que tergiversa la información, difundiéndose a medias, sin ni siquiera tomar en cuenta a la contraparte.

No deja de ser graciosa además la poca lectura crítica de los periodistas, casi siempre tiran la pelota informativa por el lado equivocado, hace poco se difundieron imágenes del constituyente Fernando Morales agrediendo a un dirigente de la CIDOB en la Red UNO, como si se tratase de un espectáculo más o de una escena propia de Rocky Balboa, exhibieron la imagen del gancho derecho, una y otra vez, con “Eye of tiger” como fondo musical. En una completa interrogante quedó la situación de salud del agredido, las acciones judiciales que iniciarían, pero eso sí se informó sobre las diversas reacciones, diplomáticos insultos y justificaciones de las clase política, más allá de frenar o censurar ese tipo de actitudes que lindan con el racismo, proyectaron la confrontación a otros niveles.

Otro ejemplo, mientras la nevada caía sobre el Altiplanoaltiplano y se revelaba la poca capacidad de las instituciones para enfrentar este tipo de emergencias, no faltó quien valorase la postal, antes que la tragedia, es más, tuve la oportunidad de ver como un reportero de UNITEL de Cochabamba, se solazaba jugando con nieve con su camarógrafo, de información no se emitió absolutamente nada, atrás quedaron las desgracias, los muertos, la ola de frío polar que irrumpe en el continente. La información se convirtió en una irreverente postal sin sentido común alguno.

Pero a la hora, de informarse, aproveche ya no la pausa comercial, deguste los exquisitos alimentos, saboreésaboree las diversas bebidas, incluso cómprese ropa nueva y de toda talla, siempre a través de su noticiero estelar, al . Al paso que vamos, que no nos sorprenda encontrar un “set” de televisión en los flamantes estudios del supermercado más moderno del país. Pero eso sí, sus conductores, ponen la expresión de seriedad absoluta cuando se trata de tocar temas “profundos”, lo que en realidad hacen es intentar profundizar en la superficialidad de su formación crítica, que apropósito, a propósito, se halla siempre acorde a la tendencia política que más se acopla a su estatus social. En suma, la televisión está llena de malhablados, analistas de medio pelo y sumo-pontífices, . ¿para qué tenemos gobernantes si ellos pueden asumir el rol de representarnos.?

Esa práctica de cambiar canales apretando el botón preciso del control remoto, que los intelectuales de pose denominan como zapping;, resulta ser la mejor opción para ver y no ver la televisión nacional, divida en dos importantes áreas del entretenimiento, que de aa poco su amorfismo las va convirtiendo en el producto de una misma madre,: los informativos de alto impacto en ventas y las revistas (matutinas, meridianas y nocturnas) de mediocre esparcimiento en el que se priman los saludos para unos y otros, ingenuos y muy sinceros comentarios relacionados a temas de coyuntura en los que para nada se busca la génesis de la información que se intenta debatir. El “resto” televisivo se debate en el limbo entre estas tan interesantes propuestas, el televidente queda entonces condenado a un sistema de ventas, concursos y a considerar apagar la televisión o saltar de canal en canal tratando de descubrir lo que en realidad pasó.

Paradójicamente, afuera, en el “más allá de nuestras fronteras criollas”, el mundo periodístico va tomando de apoco un rol de interlocutor, tratando de hacer lo imposible para dejar de considerar a la opinión pública como una subjetivada de encuestas y darle la opción de, al menos, ser reportero por un día y escuchar, conocer su peculiar forma de entender no sólo a su mundo, también el que lo rodea, cuestionando entre líneas el rol del periodista, del reportero, del editor, de aquél que se supone está en las calles en contacto directo con la noticia y de el que tiene la misión de procesarla para una mejor digestión del hecho noticioso.

En los hechos, ninguno de los dos tiene los pies sobre la tierra, se trabaja para cumplir y no para hacer del periodismo una práctica comprometida con la verdad. Los reporteros se convierten entonces en una privilegiada clase que detenta del poder y que a su modo, le brinda un particular y leve sentimiento de existencia, ante la falacia de un “poder” que no existe más que a través de una grabadora, un micrófono y una cámara. De ahí que no está demás recomendar que… ¡llame ahora, marque ya, que estaésta puede ser su última oportunidad!

No hay comentarios: