viernes, 6 de julio de 2007

cada día estamos menos solos

Descubren una corriente de estrellas que se precipita sobre la Vía Lactea


RAFAEL BARQUÍN
MADRID.- En enero de 2006 un equipo internacional de investigadores anunció el descubrimiento de una galaxia “satélite” de la Vía Láctea a la se denominó Virgo por estar ubicada en dicha constelación. Supuestamente, la galaxia no se había descubierto antes por dos motivos: su gran tamaño y su misma proximidad. Los autores suponían que Virgo era el resto de un sistema estelar en avanzado estado de destrucción por la acción de las fuerzas de marea de nuestra galaxia.
Recientemente, otro equipo de investigación, en el que participa el Instituto de Astrofísica de Canarias, ha publicado un estudio en 'The Astrophysical Journal' que ofrece una explicación distinta sobre Virgo. Ésta no sería el resto de una galaxia, sino una extensa “corriente de marea”, un río de estrellas, procedente de otra galaxia descubierta en 1994, y conocida como Sagitario. Esa corriente forma un anillo de estrellas que envuelve la Vía Láctea en una órbita polar; es decir, perpendicular al disco de nuestra galaxia.
Según este estudio, la gran densidad de estrellas observadas en la constelación de Virgo sólo es la proyección en el cielo de la corriente de Sagitario en su caída sobre el plano galáctico. Y precisamente esa corriente de estrellas se precipita hacia la región en la que se encuentra el Sol.

Para los autores del trabajo esta situación permitiría realizar experimentos encaminados a la identificación de la “materia oscura”, llamada así porque no emite o refleja suficiente radiación como para ser observada. Su existencia ayudaría a explicar algunas inconsistencias de la Teoría del ‘Big Bang’; o la propia forma de las galaxias. La corriente de marea de Sagitario que pasa por la Vía Láctea contendría cantidades considerables de materia oscura.

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