Los Tiempos, Cochabamba.
Impresionante. Magnífica. Abismal. Así es, cual salto al vacío, la conmovedora serie de cuadros que constituye la muestra “Piedras Antiguas” que expone Arte.Bo estos días.
Un acierto enorme de esta galería. Verdad. Israel Beltrán es uno de los pintores más sólidos y refinados del país. Junto con La Placa, Oscar Pantoja y un escueto puñado de insistentes creadores es responsable de la persistencia del arte abstracto en Bolivia.
He dicho que su trabajo es sólido. El adjetivo conviene a una obra plena llena de gravedad – como las formas de color inclinan al imaginario a la visión de montañas o paisajes -, que a través de años Beltrán ha vestido de inusuales, audaces y violentos colores. Las formas también delatan la monumentalidad del toro y al pájaro. Beltrán convida su desafío estético con el ánimo de remover y potenciar nuestras percepciones, ampliando así nuestra visión del mundo y de nosotros mismos.
Verdadero, sostenido y paciente esfuerzo es el que se realiza en la solidez pictórica, sabia, de cada cuadro singular: todos son un vertiginoso calidoscopio que nos lleva al pasado sin hombre lo mismo que al átomo o al vacío estelar.
Esta pluralidad de imágenes interactuantes es inexistente y, sin embargo están en el cuadro. Milagro del arte, maestría del artista. Esta maestría es la que yo califico de refinamiento, segunda nota característica que apunte. Y entiendo por refinamiento la limpidez, precisión, audacia y tacto con sus recursos expresivos: el uso del color, las formas, sus armonías contrastantes, sus tajos, emplastos, texturas expúreas, todo lo que su vigilante conciencia creativa impone al cuadro para convidar una comunicación única: el signo del cuadro, la incisión humana; el estigma de existir.
lunes, 3 de septiembre de 2007
jueves, 30 de agosto de 2007
bush: otro ejemplo más
Después del Katrina
El País, Madrid, 30/08/2007
Dos años después de que el Katrina devastara Nueva Orleans y otras zonas, un nuevo huracán similar o incluso algo más débil volvería a provocar un desastre en la sureña ciudad malherida. Pese a las promesas del presidente Bush -que ayer en expresión desgraciada en su visita conmemorativa aseguró que sigue "prestando atención"-, la reconstrucción va excesivamente lenta. Los diques que impedirían una nueva inundación de gran parte de la urbe no estarán listos hasta 2011, lo que frena el retorno de muchos habitantes. Una tercera parte de los 455.000 con que contaba la ciudad no han regresado, y quizá ni regresen. Son, en su mayoría, pobres y negros.
Hace dos años, el paso del Katrina, la falta de previsión y la tardía reacción de la Administración local y federal hicieron que una catástrofe natural se convirtiera en un desastre humano en la primera economía del mundo, con 1.500 muertos y decenas de miles de desplazados. Después del huracán quedó a la vista la pobreza de muchos barrios habitados por personas que ni siquiera habían tenido la opción de huir.
La reconstrucción choca no sólo con carencias presupuestarias, a pesar de que Bush asegurara que ya se ha asignado o gastado un 80% de los 115.000 millones de dólares destinados para los cuatro Estados afectados por los huracanes, sino también con todo tipo de impedimentos oficiales y de las compañías de seguros. Sólo parece funcionar el voluntariado, que es una de las fuerzas del sistema social americano; 100.000 voluntarios han pasado por la zona para proporcionar todo tipo de ayuda, supliendo así sólo en parte lo que debería ser un deber del sector público.
Demasiadas familias continúan viviendo en precario en unas 40.000 caravanas. Sólo el centro histórico de Nueva Orlenas, que no quedó anegado, se conserva, pero con poco espíritu para mantener la llama del jazz. Por lo demás, el crecimiento de la criminalidad ha convertido a la ciudad en una de las ciudades más inseguras de EE UU. También han aumentado la tasa de suicidios y de enfermedades mentales. Faltan escuelas, hospitales y autobuses. Los precios de compra y alquiler de las viviendas se han encarecido, lo que ha afectado a los más pobres, que no pueden asumirlos. El retraso en la reconstrucción de la ciudad y la zona resulta indigno y vergonzoso para la mayor potencia del planeta. Hace dos años, Bush prometió que Nueva Orleans sería reconstruida "más grande y mejor". Pasados dos años, "sigue prestando atención".
El País, Madrid, 30/08/2007
Dos años después de que el Katrina devastara Nueva Orleans y otras zonas, un nuevo huracán similar o incluso algo más débil volvería a provocar un desastre en la sureña ciudad malherida. Pese a las promesas del presidente Bush -que ayer en expresión desgraciada en su visita conmemorativa aseguró que sigue "prestando atención"-, la reconstrucción va excesivamente lenta. Los diques que impedirían una nueva inundación de gran parte de la urbe no estarán listos hasta 2011, lo que frena el retorno de muchos habitantes. Una tercera parte de los 455.000 con que contaba la ciudad no han regresado, y quizá ni regresen. Son, en su mayoría, pobres y negros.
Hace dos años, el paso del Katrina, la falta de previsión y la tardía reacción de la Administración local y federal hicieron que una catástrofe natural se convirtiera en un desastre humano en la primera economía del mundo, con 1.500 muertos y decenas de miles de desplazados. Después del huracán quedó a la vista la pobreza de muchos barrios habitados por personas que ni siquiera habían tenido la opción de huir.
La reconstrucción choca no sólo con carencias presupuestarias, a pesar de que Bush asegurara que ya se ha asignado o gastado un 80% de los 115.000 millones de dólares destinados para los cuatro Estados afectados por los huracanes, sino también con todo tipo de impedimentos oficiales y de las compañías de seguros. Sólo parece funcionar el voluntariado, que es una de las fuerzas del sistema social americano; 100.000 voluntarios han pasado por la zona para proporcionar todo tipo de ayuda, supliendo así sólo en parte lo que debería ser un deber del sector público.
Demasiadas familias continúan viviendo en precario en unas 40.000 caravanas. Sólo el centro histórico de Nueva Orlenas, que no quedó anegado, se conserva, pero con poco espíritu para mantener la llama del jazz. Por lo demás, el crecimiento de la criminalidad ha convertido a la ciudad en una de las ciudades más inseguras de EE UU. También han aumentado la tasa de suicidios y de enfermedades mentales. Faltan escuelas, hospitales y autobuses. Los precios de compra y alquiler de las viviendas se han encarecido, lo que ha afectado a los más pobres, que no pueden asumirlos. El retraso en la reconstrucción de la ciudad y la zona resulta indigno y vergonzoso para la mayor potencia del planeta. Hace dos años, Bush prometió que Nueva Orleans sería reconstruida "más grande y mejor". Pasados dos años, "sigue prestando atención".
miércoles, 29 de agosto de 2007
una recomendación, si es que se la puede encontrar
CRÍTICA: CRÍTICA
La nueva China
El País, Madrid.
La China actual es una contradicción en sí misma y la presa de las Tres Gargantas el exponente máximo de dicha contradicción. La necesaria renovación de la energía eléctrica, el control de las inundaciones y la mejora de la navegación fluvial en el río Yangt-sé se contraponen a los efectos de la faraónica obra, iniciada en 1993: 19 ciudades y 326 pueblos han quedado bajo las aguas, y casi dos millones de personas han tenido que ser reubicadas. Mientras el país parece abocado al neocapitalismo, sus habitantes no saben si vienen o si van. Jia Zhang-ke, autor de gran prestigio durante la última década pero hasta ahora invisible para los cines españoles (el canal especializado Cinematk emite en estos días un ciclo con buena parte de su filmografía), ha centrado su carrera en el análisis de estos cambios. Naturaleza muerta, León de Oro en el Festival de Venecia de 2006, es su obra cumbre.
A través de una doble historia de búsqueda, y con la construcción de la presa como telón de fondo, Zhang-ke reflexiona (como ya hiciese en Placeres desconocidos, de 2002, y sobre todo en El mundo, de 2004) sobre los efectos de la urbanización y de la globalización en la cultura tradicional. Los antiguos carteles con el lema "¡Esfuérzate!" contrastan con la corruptela administrativa que lleva a uno de los personajes a clamar: "¡Todos somos hijos de la China comunista, no sólo unos cuantos!".
Los omnipresentes billetes con el rostro de Mao se utilizan para pagar las playstation con las que juegan niños y mayores. Mientras los antiguos generadores producen continuas chispas, la presa entierra la China antigua y alrededor de ella se edifica una nueva, en la que los ideales no se sabe hacia dónde van. "No podemos evitarlo, somos unos nostálgicos", proclama en tono filosófico un personaje. "¿A quién citas?", pregunta otro, que no encuentra en el ideario de Confucio o del taoísmo semejante frase. "¡Al maestro Chow Yun-Fat!", responde con soltura el pequeño filósofo, en referencia a la estrella hongkonesa del cine de artes marciales.
A la manera cadenciosa y minimalista de ¿Dónde está la casa de mi amigo?, de Kiarostami, Naturaleza muerta se impone como documento cinematográfico apegado a la historia de un territorio. Y ahí, la metáfora ejerce su poder.
La nueva China
El País, Madrid.
La China actual es una contradicción en sí misma y la presa de las Tres Gargantas el exponente máximo de dicha contradicción. La necesaria renovación de la energía eléctrica, el control de las inundaciones y la mejora de la navegación fluvial en el río Yangt-sé se contraponen a los efectos de la faraónica obra, iniciada en 1993: 19 ciudades y 326 pueblos han quedado bajo las aguas, y casi dos millones de personas han tenido que ser reubicadas. Mientras el país parece abocado al neocapitalismo, sus habitantes no saben si vienen o si van. Jia Zhang-ke, autor de gran prestigio durante la última década pero hasta ahora invisible para los cines españoles (el canal especializado Cinematk emite en estos días un ciclo con buena parte de su filmografía), ha centrado su carrera en el análisis de estos cambios. Naturaleza muerta, León de Oro en el Festival de Venecia de 2006, es su obra cumbre.
A través de una doble historia de búsqueda, y con la construcción de la presa como telón de fondo, Zhang-ke reflexiona (como ya hiciese en Placeres desconocidos, de 2002, y sobre todo en El mundo, de 2004) sobre los efectos de la urbanización y de la globalización en la cultura tradicional. Los antiguos carteles con el lema "¡Esfuérzate!" contrastan con la corruptela administrativa que lleva a uno de los personajes a clamar: "¡Todos somos hijos de la China comunista, no sólo unos cuantos!".
Los omnipresentes billetes con el rostro de Mao se utilizan para pagar las playstation con las que juegan niños y mayores. Mientras los antiguos generadores producen continuas chispas, la presa entierra la China antigua y alrededor de ella se edifica una nueva, en la que los ideales no se sabe hacia dónde van. "No podemos evitarlo, somos unos nostálgicos", proclama en tono filosófico un personaje. "¿A quién citas?", pregunta otro, que no encuentra en el ideario de Confucio o del taoísmo semejante frase. "¡Al maestro Chow Yun-Fat!", responde con soltura el pequeño filósofo, en referencia a la estrella hongkonesa del cine de artes marciales.
A la manera cadenciosa y minimalista de ¿Dónde está la casa de mi amigo?, de Kiarostami, Naturaleza muerta se impone como documento cinematográfico apegado a la historia de un territorio. Y ahí, la metáfora ejerce su poder.
lunes, 20 de agosto de 2007
y lo único que faltaba era el globito
En el Neolítico también mascaban chicle
Una estudiante británica ha encontrado una goma de mascar de unos 5.000 años de antigüedad en un yacimiento arqueológico de Finlandia
EUROPA PRESS - Madrid - 20/08/2007
Para cualquier persona no es un agrado encontrarse en la calle con un pedazo de chicle mascado y hasta con las marcas de los dientes, especialmente si la goma se ha quedado incrustada en el zapato. Pero, claro, depende de qué masticable se trate. Para Sarah Pickin, por ejemplo, una estudiante británica de 23 años, ha sido una maravilla haber encontrado un chicle mientras paseaba por un yacimiento arqueológico de la costa finlandesa, ya que la goma de mascar resultó ser nada menos que del Neolítico y tener 5.000 años de antigüedad.
El masticable, que tiene impresas las marcas de los dientes, está hecha de resina de corteza de abedul, una sustancia que contiene componentes antisépticos. Pickin, alumna de la Universidad de Derby, ha encontrado además parte de un pendiente de ámbar y una aguja para el pelo, piezas que serán expuestas junto con el chicle en el Centro Kierikki de Finlandia. El descubrimiento, del que se ha declarado "encantada", le servirá a la joven estudiante para sumar 15 créditos de cara a su licenciatura.
El centro finlandés organiza excavaciones todos los años para sacar a la luz objetos de especial importancia en un área boscosa denominada Kierikkikangas, que data del periodo Neolítico (entre 4.000 y 5.000 años antes de Cristo). Sarah Pickin forma parte de un grupo de cinco estudiantes de la Universidad de Derby que se presentaron voluntarios para participar en una de estas excavaciones, que se desarrollan entre mayo y octubre.
Uno de los supervisores del centro finlandés, Sami Viljanmaa, ha explicado que la sustancia encontrada "era utilizada a menudo como goma de mascar e incluso podría haber tenido utilidad para reparar cabezas de flecha dañadas".
Por su parte, el tutor de Sarah, el profesor Trevor Brown, ha destacado que el chicle prehistórico contiene fenoles, un tipo de componente antiséptico, y ha añadido que los investigadores creen que ya en el Neolítico se descubrió que mascando la resina de la corteza del abedul se podían tratar las infecciones. A su juicio, este descubrimiento "es particularmente relevante porque la goma lleva impresa una marca de dientes bien definida".
Una estudiante británica ha encontrado una goma de mascar de unos 5.000 años de antigüedad en un yacimiento arqueológico de Finlandia
EUROPA PRESS - Madrid - 20/08/2007
Para cualquier persona no es un agrado encontrarse en la calle con un pedazo de chicle mascado y hasta con las marcas de los dientes, especialmente si la goma se ha quedado incrustada en el zapato. Pero, claro, depende de qué masticable se trate. Para Sarah Pickin, por ejemplo, una estudiante británica de 23 años, ha sido una maravilla haber encontrado un chicle mientras paseaba por un yacimiento arqueológico de la costa finlandesa, ya que la goma de mascar resultó ser nada menos que del Neolítico y tener 5.000 años de antigüedad.
El masticable, que tiene impresas las marcas de los dientes, está hecha de resina de corteza de abedul, una sustancia que contiene componentes antisépticos. Pickin, alumna de la Universidad de Derby, ha encontrado además parte de un pendiente de ámbar y una aguja para el pelo, piezas que serán expuestas junto con el chicle en el Centro Kierikki de Finlandia. El descubrimiento, del que se ha declarado "encantada", le servirá a la joven estudiante para sumar 15 créditos de cara a su licenciatura.
El centro finlandés organiza excavaciones todos los años para sacar a la luz objetos de especial importancia en un área boscosa denominada Kierikkikangas, que data del periodo Neolítico (entre 4.000 y 5.000 años antes de Cristo). Sarah Pickin forma parte de un grupo de cinco estudiantes de la Universidad de Derby que se presentaron voluntarios para participar en una de estas excavaciones, que se desarrollan entre mayo y octubre.
Uno de los supervisores del centro finlandés, Sami Viljanmaa, ha explicado que la sustancia encontrada "era utilizada a menudo como goma de mascar e incluso podría haber tenido utilidad para reparar cabezas de flecha dañadas".
Por su parte, el tutor de Sarah, el profesor Trevor Brown, ha destacado que el chicle prehistórico contiene fenoles, un tipo de componente antiséptico, y ha añadido que los investigadores creen que ya en el Neolítico se descubrió que mascando la resina de la corteza del abedul se podían tratar las infecciones. A su juicio, este descubrimiento "es particularmente relevante porque la goma lleva impresa una marca de dientes bien definida".
viernes, 10 de agosto de 2007
feria del libro, novedades a la orden del día
Por Victor H. Romero
Hace poco tuve la oportunidad de darme un paseo por los predios de la nueva versión de la Feria del Libro en la ciudad de La Paz, apesadumbrado quedé por la cantidad de novedades literarias y por supuesto, por la impresionante cantidad de editoriales, oportunidad maravillosa para codearse con la pléyade de escritores nacionales que se dieron cita en tan magno y comercial evento, vale la pena mencionar que algunos de ellos no perdieron la oportunidad para sentirse, al menos por unos días… escritores, porque luego se vuelve a la rutina y a seguir trabajando de lo que sea, para sobrevivir en estos tiempos tan aciagos para los que se dedican a escribir. A continuación citamos algunos de las novedades que este cronista de a pie, pudo encontrar y que por supuesto adquirió muy, pero muy pocos ejemplares, es más casi ninguno.
Empecemos por nuestros gobernantes, una editorial anónima por su seguridad, presentó dos libros no autorizados de Evo Morales: “Refranero” y el segundo, una sesuda compilación: “Frases Célebres” del compañero Alvaro García Linera. Respecto a líderes regionales, se presenta también un libro de la Prefectura de Cochabamba en el que uno de sus voceros justifica al Prefecto Reyes Villa, “El lapsus en la teoría de la comunicación moderna”. El canciller David Choquehuanca lanzó “El origen del Fénix en la cultura de nuestros ancestros”, mientras que Tuto Quiroga, “Lázaro, no todo está perdido”, Mario Cossio, “Cómo le hago para estar más cerca”. Es imperdible el stand de la Editorial del Congreso Nacional, allí se pueden encontrar un sin fin de joyas de análisis político y temas afines (en el mejor de los casos) producidas por los congresistas de esta y anteriores gestiones, lo malo es que no fueron tan sinceros, se les olvidó poner el letrero de liquidación. En esa misma línea camina un stand en el que se exponen las decenas de diarios, revistas, semanarios nuevos que giran a la derecha o izquierda, acorde y fiel al origen de su financiamiento.
El maestro H.C.F. Mansilla, fiel a su estilo fue el primero en sorprender con su nuevo trabajo: “La democracia soy yo”, mientras que muchos otros autores elaboraron esclarecedores ensayos sobre la realidad política, histórica e indigenista de nuestro país, de ahí que no faltan los títulos reivindicativos, entre ellos se halla el de Félix Patzi Paco: Insurgencia y Sumisión, historia del movimiento social e indígena*. O de otro parasicólogo, digo sociólogo, Franco Gamboa: Recorridos profanos del liderazgo*. No cabe duda que se escribe a diario en estos temas, quizás hasta profusamente, siguiendo el pulso al cambio histórico. Me pregunto, si no habría que esperar un poco, a que la historia avance, cuestión de moda será. A esta postura analítica histórica se suma, las dos reveladoras mesas redondas que se realizaron, “25 años de democracia en Bolivia” y “Novela e historia de Bolivia”. Vale la pena interrogarse sobre la situación actual de la mesa, cuál su carpintero y sobre todo su estado, porque si democracia y novela hablamos, avanzamos poco. Sin embargo aún quedan sobre el tapete varios temas que no han sido considerados, como la “La vida íntima de Zarate Willca, el alzamiento del amor”, “Militares, de la represión a la labor social”, “Moda y estilo en las FFAA”, “La universalidad del paradigma indígena y sus consecuencias en la globalización”, “De las autonomías a la autocompasión”, entre otros.
La mujer, cúando no; también estuvo presente, fueron las Mujeres Creando las que se encargaron de ellos, “Ninguna mujer nace para puta”*, también se presentó un libro en el que se aborda “La evolución histórica del delito de violación”*, si se trata de nacer, evolucionar o no, la cosa está grave, habrá nomás que remitirse al capítulo uno del Libro de Génesis o en el peor de los casos a la teoría del Big Bang, en algún lado debe estar la clave. Por esta onda también anda el libro de Carlos Valverde, “Andrea”*, por ahí dicen que puede ser también adoptado como un catálogo del buen sexo, eso sí, no sabemos si por la revolucionaria pedagogía sexual o por la ideología emancipadora de las feministas más radicales. No faltó además el imprescindible título, “El rol de la mujer en el siglo XXI”, que cada cien años se actualiza.
Más allá de los libros técnicos, de investigación, no podemos dejar de mencionar a los libros de autoayuda, que ya perfilaban sus ventas al mejor estilo del “hágalo Ud. mismo”, comentaron los responsables de la masiva importación que los siguientes títulos competían en ventas por el primer lugar: “Querer es poder”, “Médicos para qué, mil recetas para mil males” y para adolescentes “Desde chiquito, siempre fui así”.
Finalmente nos resta mencionar a la literatura nacional, Edmundo Paz Soldán presentó “Palacio quemado”*, que ya fue chamuscado por la crítica y anunció su próxima edición, “Cómo escribí Palacio Quemado”. Homero Carvalho no se quedó atrás con su nueva novela “El imprescindible”. El flamante premio nacional de novela 2007, Wilmer Urrelo; aprovechó la oportunidad para ingresar en la narrativa breve con “De la cima, su arriba”, un obra en la que paradójicamente no muere nadie. Gonzalo Lema presentó “Contra nadie en la batalla”* y anunció su próxima puesta en escena en una versión musical. Vale la pena mencionar a las jornadas que se generaron entorno a la vida y muerte del mítico guerrillero Ernesto “Che” Guevara, que a pesar de su abundancia editorial, se presentaron dos nuevos libros, “Qué más podemos saber del Che” y “Ñancahuazu, guía dietética para guerrilleros nacientes”.
Resta agradecer a los organizadores por llevar adelante esta nueva versión de la Feria del Libro, por impulsar el lazo literario con los escritores chilenos, cubanos, venezolanos e italianos. No está demás apoyar la sugerencia del poeta Rubén Vargas, cuando proponía una Feria a la Inversa, en la que sean los lectores quienes atiendan los stands y demanden los títulos que quieren leer a sus oferentes, las casas editoriales.
* Estos libros si se presentaron, el resto es pura y mera ficción.
martes, 7 de agosto de 2007
amos oz: por dónde empezar
Cuestión de principios
JAVIER APARICIO MAYDEU 04/08/2007
El israelí Amos Oz, premio Príncipe de Asturias de las Letras en 2007, plantea el ejercicio de crítica literaria La historia comienza como la aventura de un lector que explica a otro las claves de la lectura de autores como Kafka, Carver o García Márquez.
El principio era el verbo, y en el comienzo la frase, "muchos años después, frente el pelotón de fusilamiento" o "era de noche y sin embargo llovía", la frase que atrapa y la frase que disuade, la que invoca la trama que vendrá y la que disuade sin remedio, la historia comienza con una frase inicial en la que el narrador deposita buena parte de las expectativas generadas por el relato. A esta cuestión primordial de sintaxis del relato, y a sus consecuencias narratológicas en diez obras de la modernidad, de Gógol a Kafka, de García Márquez a Carver, dedica el multigalardonado Amos Oz (Jerusalén, 1939) el libro La historia comienza que tenemos entre manos. En la página 17 confiesa Oz la deuda contraída con ese soberbio tratado de teoría literaria que pide a gritos su traducción española y que es Beginnings. Intention & Method (Granta, Londres, 1997) del palestino Edward W. Said, libro al que, en cierto sentido, el del autor de El mismo mar (1978) contribuye con una "visión personal del asunto" (la introducción titulada, de forma algo ostentosa, Pero ¿qué existía en realidad antes del Big Bang?) y diez notas al pie que corresponden a los capítulos mencionados. Así, Oz empieza transitando en su introducción por algunas veredas de la teoría del relato como la formulación verbal del comienzo, el tan traído y llevado topos de la "página en blanco" ("que es en realidad una pared encalada sin ninguna puerta ni ventana"), la gestión de la información inicial que impulsará un "horizonte de expectativas" en el lector, el concepto de "pacto narrativo" de Wayne Booth ("todo principio de relato es siempre una especie de contrato entre escritor y lector"), ideas seminales de la estética de la recepción -como los intersticios del texto que deberá completar el lector merced a su lectura- o la relación del texto en cuestión con el Texto de la tradición, que el autor ilustra de la mano de una crónica metaficcional ciertamente simpática -"nuevo tachón. Mañana será otro día está muy trillado. Empezar es difícil"- que trae a la memoria del lector, y de inmediato, el espíritu y también la letra de Si una noche de invierno un viajero, de Italo Calvino.
Después dedica su ensayo a
examinar las frases iniciales de una decena de relatos, algunos poco conocidos, como Mikdamot, de S. Yizhar, o Effi Briest, de Theodor Fontane, el primero del volumen; otros mucho más cercanos, como Un médico rural, de Kafka; La historia: una novela, de Elsa Morante (espléndida autora que regresará en breve a nuestro mercado en nuevas traducciones), y Nadie decía nada, de Raymond Carver, y alguno decididamente popular como El otoño del patriarca, de García Márquez. Cada breve capítulo persigue averiguar el valor de la frase inicial y sus consecuencias narrativas, pero en realidad resulta ser un ejercicio de fina lectura hecho en voz alta ante el lector, como si Amos Oz quisiese compartir con él los mecanismos detectivescos y las deducciones, sospechas y relaciones que todo lector lleva a cabo cuando se enfrenta a un texto cuya frase inicial le proyecta todo un mundo virtual, mecanismos que nuestro autor desea hacer transparentes. La historia comienza es sobre todo la aventura de un lector explicada a otros lectores, las claves de lectura que uno cree entrever reveladas con júbilo al lector anónimo. Es un ejercicio de crítica literaria, un anzuelo eficaz lanzado con ímpetu a lectores renuentes y, por encima de todo, un divertimento a vueltas con los protocolos de la lectura: "El juego de leer exige al lector que tome parte activa, que aporte su propia inocencia y astucia. Los contratos iniciales son unas veces como el juego del escondite y otras se parecen más a una partida de ajedrez. O a un crucigrama. O a una invitación a entrar en un laberinto. O a una travesura". Ese sentido lúdico y a la vez trascendente que se agazapa en las frases del comienzo del relato se desentraña con destreza en los capítulos dedicados a Kafka, Chéjov y Morante, que son muy lúcidos, y sin lugar a dudas el que deshace la madeja de alusiones y elipsis de Carver es una apresurada y modélica clase de literatura. No obstante, los breves capítulos resultan en ocasiones reiterativos por lo que hace a los conceptos teóricos que sustentan el volumen, y el dedicado a la novela de García Márquez, por ejemplo, se muestra endeble. Dicho tal vez de otro modo, más estimulan la lectura sus felices intuiciones de lector que su discurso ensayístico, concéntrico y en ocasiones deslavazado.
Acierta de pleno, eso sí, con el tema de su ensayo, pues siempre es conveniente recordar que del comienzo depende demasiadas veces la continuidad de la lectura, y que el arranque es la semilla sembrada en el texto narrativo para darle forma y otorgarle un género, para espolear la imaginación del lector e invitarlo a aquilatar la coherencia del texto entre lo que le propone en su comienzo y lo que finalmente le da. Buena parte de su responsabilidad para con el lector radica en el comienzo, de forma que el comienzo es una cuestión de principios.
JAVIER APARICIO MAYDEU 04/08/2007
El israelí Amos Oz, premio Príncipe de Asturias de las Letras en 2007, plantea el ejercicio de crítica literaria La historia comienza como la aventura de un lector que explica a otro las claves de la lectura de autores como Kafka, Carver o García Márquez.
El principio era el verbo, y en el comienzo la frase, "muchos años después, frente el pelotón de fusilamiento" o "era de noche y sin embargo llovía", la frase que atrapa y la frase que disuade, la que invoca la trama que vendrá y la que disuade sin remedio, la historia comienza con una frase inicial en la que el narrador deposita buena parte de las expectativas generadas por el relato. A esta cuestión primordial de sintaxis del relato, y a sus consecuencias narratológicas en diez obras de la modernidad, de Gógol a Kafka, de García Márquez a Carver, dedica el multigalardonado Amos Oz (Jerusalén, 1939) el libro La historia comienza que tenemos entre manos. En la página 17 confiesa Oz la deuda contraída con ese soberbio tratado de teoría literaria que pide a gritos su traducción española y que es Beginnings. Intention & Method (Granta, Londres, 1997) del palestino Edward W. Said, libro al que, en cierto sentido, el del autor de El mismo mar (1978) contribuye con una "visión personal del asunto" (la introducción titulada, de forma algo ostentosa, Pero ¿qué existía en realidad antes del Big Bang?) y diez notas al pie que corresponden a los capítulos mencionados. Así, Oz empieza transitando en su introducción por algunas veredas de la teoría del relato como la formulación verbal del comienzo, el tan traído y llevado topos de la "página en blanco" ("que es en realidad una pared encalada sin ninguna puerta ni ventana"), la gestión de la información inicial que impulsará un "horizonte de expectativas" en el lector, el concepto de "pacto narrativo" de Wayne Booth ("todo principio de relato es siempre una especie de contrato entre escritor y lector"), ideas seminales de la estética de la recepción -como los intersticios del texto que deberá completar el lector merced a su lectura- o la relación del texto en cuestión con el Texto de la tradición, que el autor ilustra de la mano de una crónica metaficcional ciertamente simpática -"nuevo tachón. Mañana será otro día está muy trillado. Empezar es difícil"- que trae a la memoria del lector, y de inmediato, el espíritu y también la letra de Si una noche de invierno un viajero, de Italo Calvino.
Después dedica su ensayo a
examinar las frases iniciales de una decena de relatos, algunos poco conocidos, como Mikdamot, de S. Yizhar, o Effi Briest, de Theodor Fontane, el primero del volumen; otros mucho más cercanos, como Un médico rural, de Kafka; La historia: una novela, de Elsa Morante (espléndida autora que regresará en breve a nuestro mercado en nuevas traducciones), y Nadie decía nada, de Raymond Carver, y alguno decididamente popular como El otoño del patriarca, de García Márquez. Cada breve capítulo persigue averiguar el valor de la frase inicial y sus consecuencias narrativas, pero en realidad resulta ser un ejercicio de fina lectura hecho en voz alta ante el lector, como si Amos Oz quisiese compartir con él los mecanismos detectivescos y las deducciones, sospechas y relaciones que todo lector lleva a cabo cuando se enfrenta a un texto cuya frase inicial le proyecta todo un mundo virtual, mecanismos que nuestro autor desea hacer transparentes. La historia comienza es sobre todo la aventura de un lector explicada a otros lectores, las claves de lectura que uno cree entrever reveladas con júbilo al lector anónimo. Es un ejercicio de crítica literaria, un anzuelo eficaz lanzado con ímpetu a lectores renuentes y, por encima de todo, un divertimento a vueltas con los protocolos de la lectura: "El juego de leer exige al lector que tome parte activa, que aporte su propia inocencia y astucia. Los contratos iniciales son unas veces como el juego del escondite y otras se parecen más a una partida de ajedrez. O a un crucigrama. O a una invitación a entrar en un laberinto. O a una travesura". Ese sentido lúdico y a la vez trascendente que se agazapa en las frases del comienzo del relato se desentraña con destreza en los capítulos dedicados a Kafka, Chéjov y Morante, que son muy lúcidos, y sin lugar a dudas el que deshace la madeja de alusiones y elipsis de Carver es una apresurada y modélica clase de literatura. No obstante, los breves capítulos resultan en ocasiones reiterativos por lo que hace a los conceptos teóricos que sustentan el volumen, y el dedicado a la novela de García Márquez, por ejemplo, se muestra endeble. Dicho tal vez de otro modo, más estimulan la lectura sus felices intuiciones de lector que su discurso ensayístico, concéntrico y en ocasiones deslavazado.
Acierta de pleno, eso sí, con el tema de su ensayo, pues siempre es conveniente recordar que del comienzo depende demasiadas veces la continuidad de la lectura, y que el arranque es la semilla sembrada en el texto narrativo para darle forma y otorgarle un género, para espolear la imaginación del lector e invitarlo a aquilatar la coherencia del texto entre lo que le propone en su comienzo y lo que finalmente le da. Buena parte de su responsabilidad para con el lector radica en el comienzo, de forma que el comienzo es una cuestión de principios.
jueves, 2 de agosto de 2007
es cuestión de animarse un poquito
'EL RED LIGHT' SE PUBLICA EN LA INDIA
Un periódico hecho por y para prostitutas
DIEGO A. AGÚNDEZ (EFE)
NUEVA DELHI.- Desafiando la marginación del barrio rojo de Bombay, un grupo de antiguas prostitutas se reúne cada semana en un burdel para discutir las historias que poblarán las páginas del periódico que les sirve de voz, el 'Red Light Despatch'.
El rotativo nació hace seis meses en el barrio de Kamathiputra, uno de los centros de la vida nocturna de la capital financiera de la India, con el objeto de "proporcionar una plataforma de expresión a las prostitutas", explica su editor, el periodista Anurag Chaturvedi.
"El Red Light es la voz de los sin voz y las mujeres sin identidad, porque nadie discute sobre los sueños, las agonías o las nostalgias de las prostitutas; así que buscamos articular su memoria y nostalgia, frustradas por la violencia y la pobreza", subraya Chaturvedi.
Apenas un modesto folletín de ocho páginas sin fotos y en blanco y negro, el 'Red Light' es editado sin embargo en inglés, hindi y bengalí, y ya ha trascendido las fronteras del abigarrado barrio de Kamathiputra.
"Llegamos a Calcuta, Delhi, Bombay y la región de Bihar. Como nadie recoge su forma de vida, estaba claro que las prostitutas necesitaban algún tipo de plataforma", explica el editor. "Así que pensamos, ¿por qué no hacer un periódico por y para ellas?".
En el 'Red Light' hay espacio para testimonios e historias personales, poemas, asuntos de salud y derechos humanos, pero también para elaborados textos como el escrito por la premio Nobel de la Paz Shirin Ebadi, publicado en un reciente número.
Pese a sus firmas de calidad, la mayor aportación del modesto periódico radica en realidad en su capacidad para mostrar las mil historias del mundo de las prostitutas, a quienes el Gobierno indio, según Chaturvedi, ni siquiera reconoce la ciudadanía.
Fieles a esa idea, las 'periodistas' del periódico se reúnen cada semana en un burdel con moquetas rojas de Kamathiputra, una amalgama de viejos edificios en los que las prostitutas -y sus proxenetas-, vestidas con 'saris' o con ajustadas ropas occidentales, callejean para ganarse cada día el sustento.
"Recogemos las historias de las mujeres, y venimos y las contamos aquí", precisa una ex prostituta, "Rita", en declaraciones a una cadena de televisión.
Con la ayuda de la ONG Apne Aap, que lucha por los derechos de la mujer, las prostitutas, reunidas en su pequeña redacción de Kamathiputra, luchan con las teclas -ellas no saben leer, cuentan con ayuda- con un ánimo común: evitar que otras mujeres caigan en la misma trampa en la que ellas cayeron.
"Hay que crear conciencia entre las mujeres, entre quienes caen sin querer en las redes de quienes las sacan de sus pueblos con promesas de trabajo, y luego las arrojan a este comercio", reivindica la coordinadora del grupo, Rupa Metgudd, también procedente de ese mundo. En la India, con más de dos millones de trabajadoras del sexo, la prostitución está en un limbo legal y, aunque es una actividad tabú, existe incluso una tribu, los Bedia, en la que la práctica del sexo por dinero es aceptada como la labor natural de la mujer.
En la mayoría de los casos, sin embargo, la calle no es más que un último recurso o un 'secuestro' de facto que sufren las jóvenes pobres que llegan a las grandes ciudades y caen engañadas en las garras del hampa o sucumben a la tentación de obtener dinero fácil. "Me di cuenta demasiado tarde de que había sido vendida a un burdel, sin retorno posible. (...)Pero era el único modo de alimentar a mi familia", escribe en una de las ediciones una prostituta llamada Sita, ayudada por una redactora de la revista.
En Kamathiputra, las prostitutas han hecho del 'Red Light Despacht' y sus mil ejemplares de tirada por número un faro de concienciación y otro espejo ante el que quitarse el maquillaje.
"Me duele cuando mi hija pequeña rehúsa hablar conmigo por vergüenza (...) ¿Por qué siempre me avergonzaré de lo que hago, cuando la sociedad no se avergonzará jamás de lo que hizo conmigo?", concluye Sita.
Un periódico hecho por y para prostitutas
DIEGO A. AGÚNDEZ (EFE)
NUEVA DELHI.- Desafiando la marginación del barrio rojo de Bombay, un grupo de antiguas prostitutas se reúne cada semana en un burdel para discutir las historias que poblarán las páginas del periódico que les sirve de voz, el 'Red Light Despatch'.
El rotativo nació hace seis meses en el barrio de Kamathiputra, uno de los centros de la vida nocturna de la capital financiera de la India, con el objeto de "proporcionar una plataforma de expresión a las prostitutas", explica su editor, el periodista Anurag Chaturvedi.
"El Red Light es la voz de los sin voz y las mujeres sin identidad, porque nadie discute sobre los sueños, las agonías o las nostalgias de las prostitutas; así que buscamos articular su memoria y nostalgia, frustradas por la violencia y la pobreza", subraya Chaturvedi.
Apenas un modesto folletín de ocho páginas sin fotos y en blanco y negro, el 'Red Light' es editado sin embargo en inglés, hindi y bengalí, y ya ha trascendido las fronteras del abigarrado barrio de Kamathiputra.
"Llegamos a Calcuta, Delhi, Bombay y la región de Bihar. Como nadie recoge su forma de vida, estaba claro que las prostitutas necesitaban algún tipo de plataforma", explica el editor. "Así que pensamos, ¿por qué no hacer un periódico por y para ellas?".
En el 'Red Light' hay espacio para testimonios e historias personales, poemas, asuntos de salud y derechos humanos, pero también para elaborados textos como el escrito por la premio Nobel de la Paz Shirin Ebadi, publicado en un reciente número.
Pese a sus firmas de calidad, la mayor aportación del modesto periódico radica en realidad en su capacidad para mostrar las mil historias del mundo de las prostitutas, a quienes el Gobierno indio, según Chaturvedi, ni siquiera reconoce la ciudadanía.
Fieles a esa idea, las 'periodistas' del periódico se reúnen cada semana en un burdel con moquetas rojas de Kamathiputra, una amalgama de viejos edificios en los que las prostitutas -y sus proxenetas-, vestidas con 'saris' o con ajustadas ropas occidentales, callejean para ganarse cada día el sustento.
"Recogemos las historias de las mujeres, y venimos y las contamos aquí", precisa una ex prostituta, "Rita", en declaraciones a una cadena de televisión.
Con la ayuda de la ONG Apne Aap, que lucha por los derechos de la mujer, las prostitutas, reunidas en su pequeña redacción de Kamathiputra, luchan con las teclas -ellas no saben leer, cuentan con ayuda- con un ánimo común: evitar que otras mujeres caigan en la misma trampa en la que ellas cayeron.
"Hay que crear conciencia entre las mujeres, entre quienes caen sin querer en las redes de quienes las sacan de sus pueblos con promesas de trabajo, y luego las arrojan a este comercio", reivindica la coordinadora del grupo, Rupa Metgudd, también procedente de ese mundo. En la India, con más de dos millones de trabajadoras del sexo, la prostitución está en un limbo legal y, aunque es una actividad tabú, existe incluso una tribu, los Bedia, en la que la práctica del sexo por dinero es aceptada como la labor natural de la mujer.
En la mayoría de los casos, sin embargo, la calle no es más que un último recurso o un 'secuestro' de facto que sufren las jóvenes pobres que llegan a las grandes ciudades y caen engañadas en las garras del hampa o sucumben a la tentación de obtener dinero fácil. "Me di cuenta demasiado tarde de que había sido vendida a un burdel, sin retorno posible. (...)Pero era el único modo de alimentar a mi familia", escribe en una de las ediciones una prostituta llamada Sita, ayudada por una redactora de la revista.
En Kamathiputra, las prostitutas han hecho del 'Red Light Despacht' y sus mil ejemplares de tirada por número un faro de concienciación y otro espejo ante el que quitarse el maquillaje.
"Me duele cuando mi hija pequeña rehúsa hablar conmigo por vergüenza (...) ¿Por qué siempre me avergonzaré de lo que hago, cuando la sociedad no se avergonzará jamás de lo que hizo conmigo?", concluye Sita.
grave, la cosa...
Medios y gigantes
El País/Madrid
La adquisición del grupo de información financiera Dow Jones por parte de News Corporation, el imperio de medios de comunicación erigido por el australiano Rupert Murdoch, consolida uno de los gigantes mundiales del sector. Dow Jones es la empresa propietaria de The Wall Street Journal, un periódico que ha sabido conjugar una línea editorial conservadora -hoy neoconservadora- con un alto rigor informativo, manteniéndose como una cabecera económica de referencia. Murdoch anunció hace cuatro meses su intención de adquirir el control de Dow Jones, y sólo la disparidad de criterio en la familia Bancroft, accionista mayoritaria desde 1902, ha retrasado la operación.
El exitoso movimiento de News Corp. supone, en primer término, el triunfo de una forma de entender la información como instrumento al servicio de una ideología. La familia Bancroft no militaba en el conservadurismo y, pese a ello, no impidió que The Wall Street Journal siguiese su propia línea editorial. Falta por ver si la sobrevenida sintonía ideológica entre el periódico y el nuevo propietario afecta o no al tercer lado del triángulo, el rigor informativo, puesto que el entorno de Murdoch no oculta que una de las razones de la adquisición de Dow Jones ha sido acompañar el lanzamiento de una nueva cadena televisiva de contenido económico, Fox Business Network, el próximo 15 de octubre. La inclusión de The Wall Street Journal en el mismo grupo busca obtener, entre otras cosas, un aval de credibilidad para esta aventura televisiva.
Pero, en segundo lugar, la toma de control de Dow Jones por Rupert Murdoch, cuyo apoyo a la política del presidente Bush ha sido siempre explícito y militante, vuelve a suscitar la cuestión de la independencia de los medios de información frente a los accionistas y frente a los Gobiernos. El imperio mediático de Murdoch incluye cabeceras sensacionalistas, como The Sun, junto a periódicos de referencia, como The Times. Su criterio como propietario ha sido intervenir activamente en la línea editorial, hasta el extremo de que la negociación con la familia Bancroft sólo se ha podido cerrar tras asegurarle un lugar en el Consejo de Administración de News Corp. y la creación de una instancia que vele por la independencia de los medios que eran de su propiedad. Algunas de las grandes opciones políticas en el mundo anglosajón no se comprenden sin la posición de News Corp. y de Murdoch. La guerra de Irak fue un ejemplo, al que habría que añadir la posición británica sobre el euro o el Tratado Constitucional europeo.
El País/Madrid
La adquisición del grupo de información financiera Dow Jones por parte de News Corporation, el imperio de medios de comunicación erigido por el australiano Rupert Murdoch, consolida uno de los gigantes mundiales del sector. Dow Jones es la empresa propietaria de The Wall Street Journal, un periódico que ha sabido conjugar una línea editorial conservadora -hoy neoconservadora- con un alto rigor informativo, manteniéndose como una cabecera económica de referencia. Murdoch anunció hace cuatro meses su intención de adquirir el control de Dow Jones, y sólo la disparidad de criterio en la familia Bancroft, accionista mayoritaria desde 1902, ha retrasado la operación.
El exitoso movimiento de News Corp. supone, en primer término, el triunfo de una forma de entender la información como instrumento al servicio de una ideología. La familia Bancroft no militaba en el conservadurismo y, pese a ello, no impidió que The Wall Street Journal siguiese su propia línea editorial. Falta por ver si la sobrevenida sintonía ideológica entre el periódico y el nuevo propietario afecta o no al tercer lado del triángulo, el rigor informativo, puesto que el entorno de Murdoch no oculta que una de las razones de la adquisición de Dow Jones ha sido acompañar el lanzamiento de una nueva cadena televisiva de contenido económico, Fox Business Network, el próximo 15 de octubre. La inclusión de The Wall Street Journal en el mismo grupo busca obtener, entre otras cosas, un aval de credibilidad para esta aventura televisiva.
Pero, en segundo lugar, la toma de control de Dow Jones por Rupert Murdoch, cuyo apoyo a la política del presidente Bush ha sido siempre explícito y militante, vuelve a suscitar la cuestión de la independencia de los medios de información frente a los accionistas y frente a los Gobiernos. El imperio mediático de Murdoch incluye cabeceras sensacionalistas, como The Sun, junto a periódicos de referencia, como The Times. Su criterio como propietario ha sido intervenir activamente en la línea editorial, hasta el extremo de que la negociación con la familia Bancroft sólo se ha podido cerrar tras asegurarle un lugar en el Consejo de Administración de News Corp. y la creación de una instancia que vele por la independencia de los medios que eran de su propiedad. Algunas de las grandes opciones políticas en el mundo anglosajón no se comprenden sin la posición de News Corp. y de Murdoch. La guerra de Irak fue un ejemplo, al que habría que añadir la posición británica sobre el euro o el Tratado Constitucional europeo.
miércoles, 1 de agosto de 2007
a tener cuidado, que no es el único caso
Rembrandt murió deprimido y melancólico
Médicos y especialistas en arte han analizado sus autorretratos
Los expertos aseguran que no mostraba signos de padecer enfermedades sistémicas
CRISTINA DE MARTOS
MADRID.- Rembrandt, genial pintor holandés del Siglo de Oro, murió sumido en una leve depresión y melancólico, según revela el análisis de 40 autorretratos realizado por expertos israelíes.
Rembrandt van Rijn (1606-1669) pintó la mayor colección de autorretratos de la historia del arte a lo largo de 41 años. Un equipo de investigadores de la Universidad de Tel Aviv (Israel) ha analizado 40 de estas obras en busca de cambios en la fisionomía del rostro del genial pintor para tratar de esclarecer las causas de su muerte, que sigue siendo una incógnita.
Dada la dilatada "autobiografía pictórica" de Rembrandt, "parece posible extraer de sus pinturas algunas claves que dibujen su condición mental y física", señalan los autores, expertos en medicina y arte, dirigidos por la cirujana plástica Tal Friedman.
Las hipótesis enunciadas sobre los males que afectaban al artista, que falleció a los 63 años, son numerosas. Arteritis de la arteria temporal, una dolorosa inflamación de este vaso, hipotiroidismo, rosácea, etc. Según los hallazgos de este equipo, Rembrandt no padecía ninguna de ellas, "ni mostraba signos evidentes de otras enfermedades sistémicas".
Pero los cambios en los rasgos faciales de Rembrandt, desde los 22 a los 63 años, parecen sugerir que el pintor padecía una depresión. "Su aislamiento de la sociedad apoya esta teoría", explican los autores. Su estado anímico se refleja también en los colores de sus obras, cada vez más oscuros y monocromáticos.
Las cejas y los arcos ciliares del genio holandés fueron descendiendo poco a poco, en especial a partir de la segunda mitad de su vida. "Su peso cambiaba y la tristeza que fluía en sus ojos, brotó", señalan.
Sin embargo, los autores recuerdan que Rembrandt permaneció activo hasta sus últimos días, ya que aceptó un encargo poco antes de morir. Por este motivo, Friedman y su equipo apuestan más porque se tratara de un estado melancólico y una depresión menor.
Las causas de su muerte siguen sin conocerse. Los autores sugieren la posibilidad de que padeciera saturnismo, una intoxicación crónica por plomo típica en los pintores de la época. Pero a lo largo de su vida, de la que se tienen numerosos testimonios escritos, no existe ni una sola referencia a la existencia de problemas físicos y el informe de su deceso reza: causa de la muerte, "edad avanzada".
Médicos y especialistas en arte han analizado sus autorretratos
Los expertos aseguran que no mostraba signos de padecer enfermedades sistémicas
CRISTINA DE MARTOS
MADRID.- Rembrandt, genial pintor holandés del Siglo de Oro, murió sumido en una leve depresión y melancólico, según revela el análisis de 40 autorretratos realizado por expertos israelíes.
Rembrandt van Rijn (1606-1669) pintó la mayor colección de autorretratos de la historia del arte a lo largo de 41 años. Un equipo de investigadores de la Universidad de Tel Aviv (Israel) ha analizado 40 de estas obras en busca de cambios en la fisionomía del rostro del genial pintor para tratar de esclarecer las causas de su muerte, que sigue siendo una incógnita.
Dada la dilatada "autobiografía pictórica" de Rembrandt, "parece posible extraer de sus pinturas algunas claves que dibujen su condición mental y física", señalan los autores, expertos en medicina y arte, dirigidos por la cirujana plástica Tal Friedman.
Las hipótesis enunciadas sobre los males que afectaban al artista, que falleció a los 63 años, son numerosas. Arteritis de la arteria temporal, una dolorosa inflamación de este vaso, hipotiroidismo, rosácea, etc. Según los hallazgos de este equipo, Rembrandt no padecía ninguna de ellas, "ni mostraba signos evidentes de otras enfermedades sistémicas".
Pero los cambios en los rasgos faciales de Rembrandt, desde los 22 a los 63 años, parecen sugerir que el pintor padecía una depresión. "Su aislamiento de la sociedad apoya esta teoría", explican los autores. Su estado anímico se refleja también en los colores de sus obras, cada vez más oscuros y monocromáticos.
Las cejas y los arcos ciliares del genio holandés fueron descendiendo poco a poco, en especial a partir de la segunda mitad de su vida. "Su peso cambiaba y la tristeza que fluía en sus ojos, brotó", señalan.
Sin embargo, los autores recuerdan que Rembrandt permaneció activo hasta sus últimos días, ya que aceptó un encargo poco antes de morir. Por este motivo, Friedman y su equipo apuestan más porque se tratara de un estado melancólico y una depresión menor.
Las causas de su muerte siguen sin conocerse. Los autores sugieren la posibilidad de que padeciera saturnismo, una intoxicación crónica por plomo típica en los pintores de la época. Pero a lo largo de su vida, de la que se tienen numerosos testimonios escritos, no existe ni una sola referencia a la existencia de problemas físicos y el informe de su deceso reza: causa de la muerte, "edad avanzada".
bolivia, país de aptitudes democráticas
Por Victor H. Romero
A partir de las serias crisis políticas y sociales por las que ha atravesado el país, se ha generado un desesperado intento, en todas las esferas posibles, para fortalecer la actitud democrática en ese país, en los hechos lo único que se logró es desgastar mucho más el discurso democrático, que ahora, no parece tener asidero alguno, si es que lo tuvo en algún momento.
Con sólo ver los informativos, leer los periódicos uno puede darse cuenta de esta cruda realidad, la falta de aptitud democrática en nuestras vidas, incluyendo las personales; de ahí que no es exagerado afirmar que estamos más lejos que nunca de lograr una existencia que logre asumir a los valores democráticos en su verdadera magnitud.
En el plano político, resulta que democrático es considerar a la minoría, como si esta no tuviera derecho a voz y voto, finalmente tendrá que urdir una serie de estrategias, que no linden en el chantaje más infantil; para conseguir sus objetivos de orden político, sólo así se podrá ejercer una actitud pro-positiva y no así una que apueste casi siempre al desastre. La mayoría; pasa a ser un eufenismo más, que también se degrada porque a titulo de “masivo” y electoral respaldo se cree en condiciones de imponer cualquier tipo de decisión política que atañe a todos los bolivianos, cuando en el camino, se encuentra la lucha para lograr la concertación, que tanta falta nos hace.
Hace poco leía las declaraciones del alcalde orureño ante el pedido del cierre de su zoológico municipal, convocaba nada menos a la población orureña a la resistencia civil, muy a pesar de las muchas pruebas que existen sobre el maltrato a los animales. Fuera de toda lógica queda su pedido, porque ni siquiera cuenta con una proporción real en comparación a la verdadera magnitud del hecho. Simplemente se le pidió que mejore radicalmente la vida de esos animales y que deje de ser su zoológico un campo de concentración andino. La reacción de este alcalde es un temible reflejo de la visión con la que cuentan las autoridades y la lucha por sentar territorialidad política por muy poca razón que se tenga, si así reacciona un alcalde, no es extraña entonces que sus periodos de gobernabilidad municipal sean breves y dependan del péndulo de la censura constructiva. Muchos de ellos tuvieron que irse de su cargo, sin pena ni gloria, con pruebas en su contra o no.
Las acciones políticas van de la mano también de otros hechos, resulta que organizar a la población civil, manipularla políticamente; y lograr que esta se transforme en una masa amorfa que defiende a capa y espada posiciones políticas trasnochadas de los intereses de turno; es nomás democrático. Una red nacional publicaba un anuncio en un diario, haciéndole saber al lector su presencia, entiéndase por cobertura; en todos los cabildos que se han realizado en el país en los últimos meses. La red se jactaba de haber cubierto, transmitido, el cabildo de Santa Cruz, Cochabamba, Sucre, La Paz… etc., cuando en los hechos reflejaba la construcción de un país en base a republiquetas ideológicas, que por supuesto muy pocos medios plantearon lo crítico de la situación, al contrario optaron por jactarse de estar presentes en las desgracias más significativas por las que atraviesa el país.
Semanas atrás se promocionó en La Paz, la elección de la Chola Paceña, gran despliegue para tan significativo acto, la ganadora tuvo poco tiempo para reinar, porque en segundos se organizó una protesta en la que se demandaba una chola original. Más allá de sus razones, existen mecanismos para garantizar la elección en base a patrones de transparencia reales y también acciones de orden legal para impugnar dicha elección, el problema es que nadie quiere asumirlas como se debe. Suficiente es entonces es una simple demanda para montar una protesta, mucho más si esta tiene un respaldo masivo, sea coherente o no con la realidad nacional e incluso proporcional. De lo que se trata es llamar la atención lo más pronto posible, para garantizar una atención, sortear los pasos que por ley se demanda y obtener con facilidad una solución a sus, hasta ese momento; irrealizables exigencias. Parece ser que en este país todo es posible.
Un elemento también que llama la atención es el fácil abuso de la terminología democrática, especialmente en orden mediático, todos creemos ser demócratas, en los hechos simplemente caemos en el discurso fácil de justificar una postura sin ejercerla como se debe, de lo contrario imperaría el derecho a la réplica, porque es así como se debe trabajar en el oficio periodístico. La televisión se ha convertido entonces en el refugio para los sumos pontífices de la democracia, cuando en los sets, lo único que se hace es promover el enfrentamiento y exasperar mucho más las posiciones encontradas, transmitiendo una realidad que afirma sin anestesia alguna que el país se halla a punto de caer en el barranco.
Es necesario preguntarse qué se hace para insertarle a este país una dosis real de cultura democrática, cuando lo único que deseamos es protestar, bloquear y enfrentarse al primero que vaya en contra de nuestros intereses cualquier sea el nivel de las demandas, la respuesta es sencilla nada. Triste más aún cuando no se proyectan desde las esferas gubernamentales, ni legislativas propuestas trascendentales que nos ayuden a vivir mejor entre los bolivianos. Se llevan adelante campañas ingenuas, como lo es el caso de Cochabamba; en la que se promueven jornadas de besos y abrazos, incluso a nivel religioso de oración y pedidos de unidad, que más allá de la cobertura mediática no trascienden en la sociedad.
Un ejemplo reciente lo plantean los futbolistas del país, que de ser empleados privados, surgen de la noche a la mañana con una lista de demandas anunciando un posible paro futbolístico, si tiene razón o no esta deberá tratarse en los niveles correspondientes y no así al mejor estilos de masas, sólo les falta bloquear los estadios y ser gasificados por la policía, de ser así lo más probable es que radicalicen sus acciones, demanden al Estado la curación de los heridas y la lucha contra la democracia se prolongue hasta las últimas consecuencias, porque culpables los hay en todos lados.
A partir de las serias crisis políticas y sociales por las que ha atravesado el país, se ha generado un desesperado intento, en todas las esferas posibles, para fortalecer la actitud democrática en ese país, en los hechos lo único que se logró es desgastar mucho más el discurso democrático, que ahora, no parece tener asidero alguno, si es que lo tuvo en algún momento.
Con sólo ver los informativos, leer los periódicos uno puede darse cuenta de esta cruda realidad, la falta de aptitud democrática en nuestras vidas, incluyendo las personales; de ahí que no es exagerado afirmar que estamos más lejos que nunca de lograr una existencia que logre asumir a los valores democráticos en su verdadera magnitud.
En el plano político, resulta que democrático es considerar a la minoría, como si esta no tuviera derecho a voz y voto, finalmente tendrá que urdir una serie de estrategias, que no linden en el chantaje más infantil; para conseguir sus objetivos de orden político, sólo así se podrá ejercer una actitud pro-positiva y no así una que apueste casi siempre al desastre. La mayoría; pasa a ser un eufenismo más, que también se degrada porque a titulo de “masivo” y electoral respaldo se cree en condiciones de imponer cualquier tipo de decisión política que atañe a todos los bolivianos, cuando en el camino, se encuentra la lucha para lograr la concertación, que tanta falta nos hace.
Hace poco leía las declaraciones del alcalde orureño ante el pedido del cierre de su zoológico municipal, convocaba nada menos a la población orureña a la resistencia civil, muy a pesar de las muchas pruebas que existen sobre el maltrato a los animales. Fuera de toda lógica queda su pedido, porque ni siquiera cuenta con una proporción real en comparación a la verdadera magnitud del hecho. Simplemente se le pidió que mejore radicalmente la vida de esos animales y que deje de ser su zoológico un campo de concentración andino. La reacción de este alcalde es un temible reflejo de la visión con la que cuentan las autoridades y la lucha por sentar territorialidad política por muy poca razón que se tenga, si así reacciona un alcalde, no es extraña entonces que sus periodos de gobernabilidad municipal sean breves y dependan del péndulo de la censura constructiva. Muchos de ellos tuvieron que irse de su cargo, sin pena ni gloria, con pruebas en su contra o no.
Las acciones políticas van de la mano también de otros hechos, resulta que organizar a la población civil, manipularla políticamente; y lograr que esta se transforme en una masa amorfa que defiende a capa y espada posiciones políticas trasnochadas de los intereses de turno; es nomás democrático. Una red nacional publicaba un anuncio en un diario, haciéndole saber al lector su presencia, entiéndase por cobertura; en todos los cabildos que se han realizado en el país en los últimos meses. La red se jactaba de haber cubierto, transmitido, el cabildo de Santa Cruz, Cochabamba, Sucre, La Paz… etc., cuando en los hechos reflejaba la construcción de un país en base a republiquetas ideológicas, que por supuesto muy pocos medios plantearon lo crítico de la situación, al contrario optaron por jactarse de estar presentes en las desgracias más significativas por las que atraviesa el país.
Semanas atrás se promocionó en La Paz, la elección de la Chola Paceña, gran despliegue para tan significativo acto, la ganadora tuvo poco tiempo para reinar, porque en segundos se organizó una protesta en la que se demandaba una chola original. Más allá de sus razones, existen mecanismos para garantizar la elección en base a patrones de transparencia reales y también acciones de orden legal para impugnar dicha elección, el problema es que nadie quiere asumirlas como se debe. Suficiente es entonces es una simple demanda para montar una protesta, mucho más si esta tiene un respaldo masivo, sea coherente o no con la realidad nacional e incluso proporcional. De lo que se trata es llamar la atención lo más pronto posible, para garantizar una atención, sortear los pasos que por ley se demanda y obtener con facilidad una solución a sus, hasta ese momento; irrealizables exigencias. Parece ser que en este país todo es posible.
Un elemento también que llama la atención es el fácil abuso de la terminología democrática, especialmente en orden mediático, todos creemos ser demócratas, en los hechos simplemente caemos en el discurso fácil de justificar una postura sin ejercerla como se debe, de lo contrario imperaría el derecho a la réplica, porque es así como se debe trabajar en el oficio periodístico. La televisión se ha convertido entonces en el refugio para los sumos pontífices de la democracia, cuando en los sets, lo único que se hace es promover el enfrentamiento y exasperar mucho más las posiciones encontradas, transmitiendo una realidad que afirma sin anestesia alguna que el país se halla a punto de caer en el barranco.
Es necesario preguntarse qué se hace para insertarle a este país una dosis real de cultura democrática, cuando lo único que deseamos es protestar, bloquear y enfrentarse al primero que vaya en contra de nuestros intereses cualquier sea el nivel de las demandas, la respuesta es sencilla nada. Triste más aún cuando no se proyectan desde las esferas gubernamentales, ni legislativas propuestas trascendentales que nos ayuden a vivir mejor entre los bolivianos. Se llevan adelante campañas ingenuas, como lo es el caso de Cochabamba; en la que se promueven jornadas de besos y abrazos, incluso a nivel religioso de oración y pedidos de unidad, que más allá de la cobertura mediática no trascienden en la sociedad.
Un ejemplo reciente lo plantean los futbolistas del país, que de ser empleados privados, surgen de la noche a la mañana con una lista de demandas anunciando un posible paro futbolístico, si tiene razón o no esta deberá tratarse en los niveles correspondientes y no así al mejor estilos de masas, sólo les falta bloquear los estadios y ser gasificados por la policía, de ser así lo más probable es que radicalicen sus acciones, demanden al Estado la curación de los heridas y la lucha contra la democracia se prolongue hasta las últimas consecuencias, porque culpables los hay en todos lados.
sábado, 28 de julio de 2007
otra de homero
Sacando pecho
J. C. / el país
"No es tan difícil ser cítrico (sic) de cine", decía Homer Simpson al final del episodio Ha nacido una estrella (sexta temporada), en el que Springfield intentaba aumentar sus cotas de popularidad organizando un festival cinematográfico. Quizá la crítica de cine no sea una de las tareas más arduas, pero Los Simpson. La película tampoco es, por fortuna, uno de esos trabajos formularios que el profesional del gremio puede liquidar sin rascarse mucho la cabeza. Al igual que las correspondientes películas generadas por otras celebradas series de animación adulta como South Park y Beavis y Butthead, este trabajo convierte el tránsito de la pequeña a la gran pantalla en parte de su discurso y, por supuesto, también en parte del espectáculo.
La noticia en otros webs
Tras una brillantísima, desenfrenada introducción que incluye un cambio de formato de pantalla, una agresiva interpelación de Homer al público y un preciso guiño a las descargas ilegales, la película de David Silverman juega con tópicos, convenciones y maneras de la superproducción veraniega -amenazas apocalípticas, escenas de masas, set-pieces de acción-, para terminar asumiendo que ella misma es una superproducción veraniega obligada a cumplir como tal, aunque tal exigencia pueda desconcertar a algún fundamentalista de la serie. En todo ello hay una estrategia que puede resultar sumamente gratificante para el espectador en sucesivas revisiones de la película: a menudo, Los Simpson (la serie) ha jugado a la reducción al absurdo de ciertas retóricas cinematográficas que ahora la película se ve obligada a asumir como propias, creyéndoselas a fondo sin pisar con demasiada estridencia el pedal de la parodia.
Sólo tras ver Los Simpson. La película puede uno caer en la cuenta de la magnitud de la responsabilidad que han afrontado Groening y los suyos: la canónica narración cinematográfica de hora y media da para construir un espectáculo convincente, incluso deslumbrante, capaz de cuidar el detalle y sobreactuar la forma (con ayuda digital), pero, a medida que avanza la trama, se revela insuficiente para hacer justicia a esos casi veinte años de comedia humana construidos episodio a episodio. Al contrario que los creadores de South Park, y Beavis y Butthead, Groening y compañía no han aprovechado para rebasar esos tabúes de representación que impone el medio televisivo: Los Simpson. La película quiere verse a sí misma como la definitiva película familiar y, en este sentido, el cameo de Tom Hanks está muy cargado de significado. Como lo está esa escena de cama entre Homer y Marge que termina siendo todo un comentario, con profundo conocimiento de causa, sobre la tradición disneyana.
El conjunto termina pareciéndose un poco a la película que el señor Burns presentaba a concurso en el festival de cine de Springfield en ese viejo episodio: demasiado aparatosa para una hacer justicia a una mitología que ha alcanzado su excelencia en su atención por lo minúsculo.
J. C. / el país
"No es tan difícil ser cítrico (sic) de cine", decía Homer Simpson al final del episodio Ha nacido una estrella (sexta temporada), en el que Springfield intentaba aumentar sus cotas de popularidad organizando un festival cinematográfico. Quizá la crítica de cine no sea una de las tareas más arduas, pero Los Simpson. La película tampoco es, por fortuna, uno de esos trabajos formularios que el profesional del gremio puede liquidar sin rascarse mucho la cabeza. Al igual que las correspondientes películas generadas por otras celebradas series de animación adulta como South Park y Beavis y Butthead, este trabajo convierte el tránsito de la pequeña a la gran pantalla en parte de su discurso y, por supuesto, también en parte del espectáculo.
La noticia en otros webs
Tras una brillantísima, desenfrenada introducción que incluye un cambio de formato de pantalla, una agresiva interpelación de Homer al público y un preciso guiño a las descargas ilegales, la película de David Silverman juega con tópicos, convenciones y maneras de la superproducción veraniega -amenazas apocalípticas, escenas de masas, set-pieces de acción-, para terminar asumiendo que ella misma es una superproducción veraniega obligada a cumplir como tal, aunque tal exigencia pueda desconcertar a algún fundamentalista de la serie. En todo ello hay una estrategia que puede resultar sumamente gratificante para el espectador en sucesivas revisiones de la película: a menudo, Los Simpson (la serie) ha jugado a la reducción al absurdo de ciertas retóricas cinematográficas que ahora la película se ve obligada a asumir como propias, creyéndoselas a fondo sin pisar con demasiada estridencia el pedal de la parodia.
Sólo tras ver Los Simpson. La película puede uno caer en la cuenta de la magnitud de la responsabilidad que han afrontado Groening y los suyos: la canónica narración cinematográfica de hora y media da para construir un espectáculo convincente, incluso deslumbrante, capaz de cuidar el detalle y sobreactuar la forma (con ayuda digital), pero, a medida que avanza la trama, se revela insuficiente para hacer justicia a esos casi veinte años de comedia humana construidos episodio a episodio. Al contrario que los creadores de South Park, y Beavis y Butthead, Groening y compañía no han aprovechado para rebasar esos tabúes de representación que impone el medio televisivo: Los Simpson. La película quiere verse a sí misma como la definitiva película familiar y, en este sentido, el cameo de Tom Hanks está muy cargado de significado. Como lo está esa escena de cama entre Homer y Marge que termina siendo todo un comentario, con profundo conocimiento de causa, sobre la tradición disneyana.
El conjunto termina pareciéndose un poco a la película que el señor Burns presentaba a concurso en el festival de cine de Springfield en ese viejo episodio: demasiado aparatosa para una hacer justicia a una mitología que ha alcanzado su excelencia en su atención por lo minúsculo.
jueves, 26 de julio de 2007
al carlitos que todos queremos ser
Carlitos y Snoopy, neuróticos terminales
A lo largo de cincuenta años, de 1950 a 2000, Charles M. Schulz, creador de Carlitos y Snoopy, escribió ydibujó una tira cómica diaria hasta llegar a reunir poco menos de dieciocho mil (la última, en la que se despedía de sus lectores, apareció exactamente al día siguiente de su muerte, un fin apenas justo para un prodigioso ciclo de vida y creación). Se trata de un caso excepcional de creatividad sostenida. Schulz, en más de un sentido, fue el Balzac de las tiras cómicas. La publicación de The Complete Peanuts, planeada en veinticinco volúmenes que vienen apareciendo a razón de dos por año, representa la oportunidad de leerlo por primera vez en su totalidad y apreciar la verdadera
dimensión del mundo que creó.
Carlitos pertenece legítimamentema la familia de antihéroes del mundo moderno; suerte de pequeño hombre sin atributos, es el perdedor por antonomasia,
condición ejemplificada por su récord perfecto de derrotas en el beisbol, su incapacidad para elevar un papalote o acercarse a la Niña Pelirroja. Sin embargo, lo que lo salva es una inocencia a prueba de cualquier desengaño y un fondo de optimismo irreductible: no importa cuántos jonrones le peguen, él seguirá subiendo al montículo con la esperanza de convertirse en héroe (recuerdo ahora los primeros versos de un memorable poema de Eduardo Lizalde publicado en Vuelta hace años; no el único seguramente, pero sin duda uno de los mejores: “En la noche asesina, y solo en el montículo,/ ¡qué soledad a veces, Charlie, pavorosa!”). Snoopy no poseía, cuando comenzó a publicarse la tira, el protagonismo que fue adquiriendo hasta llegar a convertirse prácticamente en el centro de la serie. En 1956 Schulz lo hace caminar como un humano; después comienza a expresar sus pensamientos y pronto lo hace adoptar las formas y personalidades más variadas. Frente al nerviosismo y la inseguridad de
Carlitos, el sabueso encarna la despreocupación y la frescura. No obstante, en el mundo poblado de neurosis de Schulz, nadie escapa a ellas: Snoopy asume distintos roles porque está inconforme con lo que realmente es: “Si yo fuera un buitre –piensa– la gente me tendría más respeto.” Así pretende ser un águila calva, un salmón, un gorila, un alce, un león, una
serpiente y, ya en pleno delirio, un piloto de la Primera Guerra Mundial. Sus metamorfosis, sin embargo, suelen tener un final ridículo que le recuerda que, en el fondo, es un perro. La
épica de su vida interior (como la del Walter Mitty de James Thurber) contrasta con su prosaica realidad. Lucy representa la necedad segura de sí misma: enérgica y
despótica, la sombra de la duda nunca parece haber cruzado por su mente. Goza torturando al hipersensible Carlitos y a su hermano menor. Tirana autoproclamada, pretende resolver los problemas de todos en su consultorio psiquiátrico por cinco centavos. Su castigo es estar enamorada de Schroeder, el pianista obsesionado con Beethoven (el compositor
favorito de Schulz, por cierto, no era Beethoven sino Brahms, pero aquél, decía, tenía un nombre más chistoso), que la desprecia olímpicamente. Su mundo filisteo choca ahí con un muro impenetrable. Su hermano Linus, por su lado, posee quizá la personalidad
más compleja del grupo. En él confluyen una inocencia extrema (año tras año espera impertérrito la llegada de la Gran Calabaza), una propensión a la ironía, un temperamento filosoficorreligioso (cuando contemplan las nubes, mientras los demás ven animales, él ve la figura de San Pablo) y un realismo que, a diferencia de Carlitos, le permite adaptarse a la vida como es. Y, no obstante, todo su aplomo depende de la manta que arrastra consigo a todas
partes. Tras su fachada inocente, el mundo de Carlitos y Snoopy está lleno de ansiedades, miedos y frustraciones. A Schulz le gustaba citar una frase de Scott Fitzgerald: “En la noche oscura del alma, siempre son las tres de la mañana”, y Gary Groth ha escrito que de algún modo en Peanuts son siempre las tres de la mañana. Es cierto, claro, pero si sólo eso fuera cierto, las de Schulz serían las tiras cómicas más deprimentes de la historia y no una obra que irradia una suave serenidad. La clave reside en el humor y la compasión con que el autor presenta los defectos e inseguridades de sus personajes. “Mi filosofía –declaró Schulz alguna vez– es sencillamente una filosofía de la bondad.” Su genio radicó en fabricar una comedia humana en miniatura sobre esa bondad. Good grief! ~
– Pablo Sol Mora/letras libres
A lo largo de cincuenta años, de 1950 a 2000, Charles M. Schulz, creador de Carlitos y Snoopy, escribió ydibujó una tira cómica diaria hasta llegar a reunir poco menos de dieciocho mil (la última, en la que se despedía de sus lectores, apareció exactamente al día siguiente de su muerte, un fin apenas justo para un prodigioso ciclo de vida y creación). Se trata de un caso excepcional de creatividad sostenida. Schulz, en más de un sentido, fue el Balzac de las tiras cómicas. La publicación de The Complete Peanuts, planeada en veinticinco volúmenes que vienen apareciendo a razón de dos por año, representa la oportunidad de leerlo por primera vez en su totalidad y apreciar la verdadera
dimensión del mundo que creó.
Carlitos pertenece legítimamentema la familia de antihéroes del mundo moderno; suerte de pequeño hombre sin atributos, es el perdedor por antonomasia,
condición ejemplificada por su récord perfecto de derrotas en el beisbol, su incapacidad para elevar un papalote o acercarse a la Niña Pelirroja. Sin embargo, lo que lo salva es una inocencia a prueba de cualquier desengaño y un fondo de optimismo irreductible: no importa cuántos jonrones le peguen, él seguirá subiendo al montículo con la esperanza de convertirse en héroe (recuerdo ahora los primeros versos de un memorable poema de Eduardo Lizalde publicado en Vuelta hace años; no el único seguramente, pero sin duda uno de los mejores: “En la noche asesina, y solo en el montículo,/ ¡qué soledad a veces, Charlie, pavorosa!”). Snoopy no poseía, cuando comenzó a publicarse la tira, el protagonismo que fue adquiriendo hasta llegar a convertirse prácticamente en el centro de la serie. En 1956 Schulz lo hace caminar como un humano; después comienza a expresar sus pensamientos y pronto lo hace adoptar las formas y personalidades más variadas. Frente al nerviosismo y la inseguridad de
Carlitos, el sabueso encarna la despreocupación y la frescura. No obstante, en el mundo poblado de neurosis de Schulz, nadie escapa a ellas: Snoopy asume distintos roles porque está inconforme con lo que realmente es: “Si yo fuera un buitre –piensa– la gente me tendría más respeto.” Así pretende ser un águila calva, un salmón, un gorila, un alce, un león, una
serpiente y, ya en pleno delirio, un piloto de la Primera Guerra Mundial. Sus metamorfosis, sin embargo, suelen tener un final ridículo que le recuerda que, en el fondo, es un perro. La
épica de su vida interior (como la del Walter Mitty de James Thurber) contrasta con su prosaica realidad. Lucy representa la necedad segura de sí misma: enérgica y
despótica, la sombra de la duda nunca parece haber cruzado por su mente. Goza torturando al hipersensible Carlitos y a su hermano menor. Tirana autoproclamada, pretende resolver los problemas de todos en su consultorio psiquiátrico por cinco centavos. Su castigo es estar enamorada de Schroeder, el pianista obsesionado con Beethoven (el compositor
favorito de Schulz, por cierto, no era Beethoven sino Brahms, pero aquél, decía, tenía un nombre más chistoso), que la desprecia olímpicamente. Su mundo filisteo choca ahí con un muro impenetrable. Su hermano Linus, por su lado, posee quizá la personalidad
más compleja del grupo. En él confluyen una inocencia extrema (año tras año espera impertérrito la llegada de la Gran Calabaza), una propensión a la ironía, un temperamento filosoficorreligioso (cuando contemplan las nubes, mientras los demás ven animales, él ve la figura de San Pablo) y un realismo que, a diferencia de Carlitos, le permite adaptarse a la vida como es. Y, no obstante, todo su aplomo depende de la manta que arrastra consigo a todas
partes. Tras su fachada inocente, el mundo de Carlitos y Snoopy está lleno de ansiedades, miedos y frustraciones. A Schulz le gustaba citar una frase de Scott Fitzgerald: “En la noche oscura del alma, siempre son las tres de la mañana”, y Gary Groth ha escrito que de algún modo en Peanuts son siempre las tres de la mañana. Es cierto, claro, pero si sólo eso fuera cierto, las de Schulz serían las tiras cómicas más deprimentes de la historia y no una obra que irradia una suave serenidad. La clave reside en el humor y la compasión con que el autor presenta los defectos e inseguridades de sus personajes. “Mi filosofía –declaró Schulz alguna vez– es sencillamente una filosofía de la bondad.” Su genio radicó en fabricar una comedia humana en miniatura sobre esa bondad. Good grief! ~
– Pablo Sol Mora/letras libres
y bueno, un pasito, m
REPORTAJE
Disney apaga el cigarro
Los estudios Walt Disney prohibirán que se fume en pantalla en todas sus producciones familiares
AGENCIAS - Los Ángeles (Estados Unidos) - 25/07/2007
Los más fervientes partidarios de desterrar de las grandes pantallas la típica imagen de un personaje fumando un cigarro están de enhorabuena, porque los estudios Walt Disney han anunciado hoy su intención de prohibir que se fume en pantalla en todas las películas familiares que lleven su sello. Es más, esta iniciativa podría aplicarse en aquellas producciones que la compañía adquiera para su distribución mediante sus sellos Touchstone y Miramax.
La noticia en otros webs
Con esta medida la compañía se convierte en la primera factoría de producción cinematográfica que toma tal decisión y refleja una tendencia anti-tabaquista cada vez más generalizada en un medio que durante décadas alimentó, gracias a sus fotogramas, los deseos del público de encender un cigarro nada más terminar la proyección.
El presidente de Disney, Robert Iger, ha enviado una carta al presidente del comité del Congreso estadounidense que estudia los efectos perniciosos del cine en los niños, en la que adelanta que también tiene la intención animar a los propietarios de las salas de cine a proyectar anuncios contra el consumo de tabaco antes de cada película.
El anuncio se produce dos meses más tarde de que la todo poderosa Asociación Americana del Cine (MPAA en sus siglas en inglés), ente que otorga las calificaciones de las películas en EE UU, anunciara que tendría en cuenta la presencia de fumadores en pantalla para determinar a qué público se dirigen los largometrajes. Hasta ahora la MPAA, auténtico gendarme de Hollywood, tenía en cuenta la presencia de violencia, de escenas de sexo o la utilización de lenguaje ordinario en las películas que tiene que calificar para ayudar a los padres a elegir lo que van a ver sus hijos.
La influencia de las imágenes y el tabaco en los menores
La asociación American Legacy, que lucha contra el consumo de tabaco en el cine, considera que la decisión de los estudios Disney se queda corta por no haber aclarado cuáles serán las medidas concretas que tomará en aquellas películas adquiridas para su distribución. La misma asociación ha divulgado recientemente un estudio que indica que en el 90% de las películas que se estrenan en EE UU aparece alguien fumando. En el mismo se hace hincapié en que los niños más expuestos a estas imágenes corren un riesgo tres veces superior de convertirse después en fumadores potenciales.
Disney apaga el cigarro
Los estudios Walt Disney prohibirán que se fume en pantalla en todas sus producciones familiares
AGENCIAS - Los Ángeles (Estados Unidos) - 25/07/2007
Los más fervientes partidarios de desterrar de las grandes pantallas la típica imagen de un personaje fumando un cigarro están de enhorabuena, porque los estudios Walt Disney han anunciado hoy su intención de prohibir que se fume en pantalla en todas las películas familiares que lleven su sello. Es más, esta iniciativa podría aplicarse en aquellas producciones que la compañía adquiera para su distribución mediante sus sellos Touchstone y Miramax.
La noticia en otros webs
Con esta medida la compañía se convierte en la primera factoría de producción cinematográfica que toma tal decisión y refleja una tendencia anti-tabaquista cada vez más generalizada en un medio que durante décadas alimentó, gracias a sus fotogramas, los deseos del público de encender un cigarro nada más terminar la proyección.
El presidente de Disney, Robert Iger, ha enviado una carta al presidente del comité del Congreso estadounidense que estudia los efectos perniciosos del cine en los niños, en la que adelanta que también tiene la intención animar a los propietarios de las salas de cine a proyectar anuncios contra el consumo de tabaco antes de cada película.
El anuncio se produce dos meses más tarde de que la todo poderosa Asociación Americana del Cine (MPAA en sus siglas en inglés), ente que otorga las calificaciones de las películas en EE UU, anunciara que tendría en cuenta la presencia de fumadores en pantalla para determinar a qué público se dirigen los largometrajes. Hasta ahora la MPAA, auténtico gendarme de Hollywood, tenía en cuenta la presencia de violencia, de escenas de sexo o la utilización de lenguaje ordinario en las películas que tiene que calificar para ayudar a los padres a elegir lo que van a ver sus hijos.
La influencia de las imágenes y el tabaco en los menores
La asociación American Legacy, que lucha contra el consumo de tabaco en el cine, considera que la decisión de los estudios Disney se queda corta por no haber aclarado cuáles serán las medidas concretas que tomará en aquellas películas adquiridas para su distribución. La misma asociación ha divulgado recientemente un estudio que indica que en el 90% de las películas que se estrenan en EE UU aparece alguien fumando. En el mismo se hace hincapié en que los niños más expuestos a estas imágenes corren un riesgo tres veces superior de convertirse después en fumadores potenciales.
viernes, 20 de julio de 2007
estamos de luto: fontanorrosa
El imposible adiós a un verdadero grande
Acosado por una enfermedad neurológica, Fontanarrosa afrontó sus últimos tiempos con la misma vitalidad que vibra en sus textos y dibujos. Padre de Inodoro Pereyra y Boogie el aceitoso, autor de una veintena de libros que demostraron su calidad literaria, supo decir lo más profundo de la manera más simple.
Por Karina Micheletto
“Cuando me explicaron de qué se trataba mi enfermedad, lo primero que pensé fue: ¿por qué a mí? Pero después entendí: ¿Y por qué no?”. Así anunció su enfermedad Roberto Fontanarrosa, dos años atrás, en el primer programa que tuvo a mano, el ciclo de entrevistas Tiene la palabra, por TN. Lo contó en público, explicó antes del aire, porque le parecía que ya era tiempo, restándole importancia por completo al asunto. Parecía mucho más preocupado por dejar en claro que sus dichos sobre Rosario Central (“con cada partido envejezco diez años”) no tenían nada de broma. En medio de la irrealidad que siempre supone un estudio de televisión, preparado para albergar palabras que se dicen con la liviandad del “estamos en el aire”, esta cronista recuerda haber vuelto a confirmar, junto a todos los presentes, una certeza colectiva, conmovedora, como fuera de lugar: qué grosso que es este tipo. Roberto Fontanarrosa falleció ayer, después de presentar batalla a una extraña afección neurológica que fue debilitando poco a poco sus músculos, una enfermedad que sabía irreversible y progresiva. Tenía 62 años, más amigos que penas y la lucidez suficiente para ejercer con maestría el más arduo de los oficios: el de decir lo más profundo de la forma más simple, haciendo reír con gusto al menos a dos generaciones.
Los cables de noticias indican que Fontanarrosa murió en una clínica de Rosario, la ciudad que amaba. Que no tuvo que permanecer mucho tiempo internado allí. Y que había pasado la noche anterior entre amigos, compartiendo un asado. Lo cual suena como una especie de consuelo imposible, una forma casi justa –ojalá tal cosa existiera– de muerte. La variante de esclerosis que padecía le fue tendiendo un cerco que afectó primero su brazo izquierdo, y luego dificultó su movilidad, por lo cual en sus últimas apariciones se lo vio en silla de ruedas. Sufría una extraña enfermedad neurológica, “esclerosis lateral amiotrófica”, sin cura conocida. No rechazó ningún tratamiento, desde acupuntura hasta ensayos con células madre, en fase experimental. La noticia de su muerte fue sorpresiva para todos: la arrolladora vitalidad que transmitía el rosarino marcaba un diagnóstico propio y diferente, siempre esperanzado.
Roberto Fontanarrosa nació en Rosario el 26 de noviembre de 1944 y, según decía, desde chiquito fue negro y canalla. A los veinticinco años comenzó a delinear sus dos personajes emblemáticos: Boogie el aceitoso e Inodoro Pereyra, que nacieron en las revistas Tinta y Hortensia. A partir de los ’70 empezó a poner su firma en revistas como Satiricón y Mengano, y pronto Ediciones de la Flor publicó las primeras compilaciones de Inodoro y Boogie. Sentencias como “mal pero acostumbra’o”, “Negociemos, don Inodoro”, o el lacónico “shit” que remataba las aventuras de el aceitoso, pasaron a formar parte del refranero popular. Boogie, precisamente, fue protagonista de las contratapas de domingo en Rosario/12, donde trabajó toda la década pasada y escribió sus “Noticias desde El Cairo”. Pero también brilló en novelas y compilaciones de cuentos –muchos de ellos dedicados, claro, al fútbol– como El área 18, No sé si he sido claro, Usted no me lo va a creer y El mayor de mis defectos. En el último tiempo, relatos como La mesa de los galanes fueron llevados al teatro por distintos elencos, y sus amigos Daniel Aráoz y Coco Silly hicieron que Los cuentos de Fontanarrosa cobraran vida por Canal 7 (ayer, justamente, grabaron un capítulo en medio de la noticia de la muerte). Su maestría lo llevó por las más diversas posibilidades de su oficio, desde cubrir un Mundial de Fútbol hasta ilustrar el Martín Fierro.
Siguió trabajando con el mismo entusiasmo hasta el final: mantuvo el chiste diario en Clarín. También siguió con Inodoro Pereyra, el renegáu en la revista dominical de ese medio, sin renunciar al desafío autoimpuesto: lograr que cada viñeta contuviera un chiste, con remate y todo, formando parte a la vez del relato global de la historieta. La enfermedad marcó cambios inevitables: primero, las letras de Inodoro comenzaron a salir con un programa de computadora que imitaba los caracteres del humorista. Finalmente, en enero de este año, anunció que dejaría de dibujar, y sólo seguiría escribiendo el contenido de sus tiras cómicas. “Fue casi un alivio llegar a esta determinación; me costaba mucho dibujar, y me salía mal. Por ahora mi mano claudicó, no responde como antaño a lo que dicta la mente”, explicó. La solución llegó con otra mano, la de un amigo de años, el cordobés Crist. Así, en el último tiempo, los chistes se pensaban en Rosario, se dibujaban en Córdoba y se imprimían en Buenos Aires, para todo el país.
En 2004, Fontanarrosa fue invitado al III Congreso de la Lengua, que se realizó con toda pompa y circunstancia en la ciudad de Rosario, con la presencia de catedráticos de la más alta alcurnia. Su exposición, que se suponía una suerte de adorno marginal en ese ámbito académico, las palabras de alguien “de otro palo”, terminó siendo lo más recordado del evento. No porque los medios hubieran ejercido su poder de caja amplificadora de lo pequeño, sino porque sus palabras, efectivamente, formaron parte de lo más profundo de la discusión sobre una materia viva como la lengua. “¿Por qué son malas las malas palabras? ¿Le pegan a las otras palabras? ¿Son de mala calidad, y cuando uno las pronuncia se deterioran?”, comenzó planteando el rosarino. En su ponencia abordó la cuestión de “la triste función de los puntos suspensivos” en el reemplzazo de términos soeces, y defendió la potencia expresiva de un carajo o un mierda bien colocados. Hablaba sin recurrir a un texto escrito, en lo que parecía un discurso improvisado, o al menos dicho con la tranquilidad de quien va pensando las palabras en el momento. Pero si logró hacer reír a carcajadas a cada maestra y biliotecaria, y hasta al director de la Real Academia (apellidado, casualmente, García de la Concha), era porque el Negro había trabajado mucho su ponencia. Lo que decía en cada oración, con el ritmo justo para que el auditorio estallara en risas en cada punto, era brillante. Lo mismo ocurría con sus chistes. Nadie se sentía un pelotudo mientras largaba la carcajada.
Una situación similar vivían todos los años los cientos de personas que llenaban la sala más grande de la Feria del Libro, donde Fontanarrosa cumplía con una suerte de ritual, la mesa de humoristas que organizaba De la Flor. El tema era siempre más o menos el mismo: el humor y sus implicancias. El rosarino siempre llegaba con algo preparado, y aunque las dijera como al pasar, sus palabras dejaban picando grandes reflexiones. Decía que disfrutaba muchísimo de esas ferias, aun entre los apretujones de los pasillos repletos, y era fácil creerle, viendo el empeño que ponía en firmar un autógrafo tras otro, frente a una fila de lectores ansiosos que parecía ser siempre igual de larga. “Yo firmo lo que venga”, aseguraba, y contaba que había estampado las cosas más insólitas: papelitos, revistas, camisetas, libros de otro autor. Se tomaba el tiempo para agregar un Mendieta, un Inodoro, lo que el lector pidiera. Era su forma de devolver el cariño que recibía de sus lectores, que lo trataban con respeto y familiaridad a la vez. Como a un amigo.
En cierta medida, el Negro fue un símbolo de un país que alguna vez fue posible, uno de esos seres cuya existencia indican que quizá todavía puede ser posible. Un hombre que manejaba una cultura vastísima, capaz de hacer poesía con Central, o de hacer que la sociedad argentina se reconozca en sus personajes. Un hombre que trabajaba con la sencilla convicción de que podía hablarles a sus lectores de igual a igual, como a seres capaces de reflexionar y reírse con las mismas cosas que él. Por eso sus chistes y textos hacían sentir bien tratado al lector mientras se reía, algo que en estos tiempos de zanahorias para bobos se agradecía como una caricia. No son tantos los que quedan, y un ejemplo pueden ser Les Luthiers, con quienes no por nada el rosarino trabajó durante más de veinte años como asesor creativo.
“¿Por qué a mí? ¿Y por qué no?”, les debe estar diciendo el Negro, desde algún lugar y de alguna forma, con la sonrisa torcida de siempre, a los muchos que hoy lo lloran. Decir que un artista sobrevive en su obra es el más horrible de los lugares comunes para una nota como ésta. Aun así, hay una certeza alrededor de esa posibilidad de reencarnación que solamente se ganan los grandes, que no son tantos. Fontanarrosa podrá haberse muerto, pero todos seguiremos repitiendo: qué grosso que es este tipo.
Acosado por una enfermedad neurológica, Fontanarrosa afrontó sus últimos tiempos con la misma vitalidad que vibra en sus textos y dibujos. Padre de Inodoro Pereyra y Boogie el aceitoso, autor de una veintena de libros que demostraron su calidad literaria, supo decir lo más profundo de la manera más simple.
Por Karina Micheletto
“Cuando me explicaron de qué se trataba mi enfermedad, lo primero que pensé fue: ¿por qué a mí? Pero después entendí: ¿Y por qué no?”. Así anunció su enfermedad Roberto Fontanarrosa, dos años atrás, en el primer programa que tuvo a mano, el ciclo de entrevistas Tiene la palabra, por TN. Lo contó en público, explicó antes del aire, porque le parecía que ya era tiempo, restándole importancia por completo al asunto. Parecía mucho más preocupado por dejar en claro que sus dichos sobre Rosario Central (“con cada partido envejezco diez años”) no tenían nada de broma. En medio de la irrealidad que siempre supone un estudio de televisión, preparado para albergar palabras que se dicen con la liviandad del “estamos en el aire”, esta cronista recuerda haber vuelto a confirmar, junto a todos los presentes, una certeza colectiva, conmovedora, como fuera de lugar: qué grosso que es este tipo. Roberto Fontanarrosa falleció ayer, después de presentar batalla a una extraña afección neurológica que fue debilitando poco a poco sus músculos, una enfermedad que sabía irreversible y progresiva. Tenía 62 años, más amigos que penas y la lucidez suficiente para ejercer con maestría el más arduo de los oficios: el de decir lo más profundo de la forma más simple, haciendo reír con gusto al menos a dos generaciones.
Los cables de noticias indican que Fontanarrosa murió en una clínica de Rosario, la ciudad que amaba. Que no tuvo que permanecer mucho tiempo internado allí. Y que había pasado la noche anterior entre amigos, compartiendo un asado. Lo cual suena como una especie de consuelo imposible, una forma casi justa –ojalá tal cosa existiera– de muerte. La variante de esclerosis que padecía le fue tendiendo un cerco que afectó primero su brazo izquierdo, y luego dificultó su movilidad, por lo cual en sus últimas apariciones se lo vio en silla de ruedas. Sufría una extraña enfermedad neurológica, “esclerosis lateral amiotrófica”, sin cura conocida. No rechazó ningún tratamiento, desde acupuntura hasta ensayos con células madre, en fase experimental. La noticia de su muerte fue sorpresiva para todos: la arrolladora vitalidad que transmitía el rosarino marcaba un diagnóstico propio y diferente, siempre esperanzado.
Roberto Fontanarrosa nació en Rosario el 26 de noviembre de 1944 y, según decía, desde chiquito fue negro y canalla. A los veinticinco años comenzó a delinear sus dos personajes emblemáticos: Boogie el aceitoso e Inodoro Pereyra, que nacieron en las revistas Tinta y Hortensia. A partir de los ’70 empezó a poner su firma en revistas como Satiricón y Mengano, y pronto Ediciones de la Flor publicó las primeras compilaciones de Inodoro y Boogie. Sentencias como “mal pero acostumbra’o”, “Negociemos, don Inodoro”, o el lacónico “shit” que remataba las aventuras de el aceitoso, pasaron a formar parte del refranero popular. Boogie, precisamente, fue protagonista de las contratapas de domingo en Rosario/12, donde trabajó toda la década pasada y escribió sus “Noticias desde El Cairo”. Pero también brilló en novelas y compilaciones de cuentos –muchos de ellos dedicados, claro, al fútbol– como El área 18, No sé si he sido claro, Usted no me lo va a creer y El mayor de mis defectos. En el último tiempo, relatos como La mesa de los galanes fueron llevados al teatro por distintos elencos, y sus amigos Daniel Aráoz y Coco Silly hicieron que Los cuentos de Fontanarrosa cobraran vida por Canal 7 (ayer, justamente, grabaron un capítulo en medio de la noticia de la muerte). Su maestría lo llevó por las más diversas posibilidades de su oficio, desde cubrir un Mundial de Fútbol hasta ilustrar el Martín Fierro.
Siguió trabajando con el mismo entusiasmo hasta el final: mantuvo el chiste diario en Clarín. También siguió con Inodoro Pereyra, el renegáu en la revista dominical de ese medio, sin renunciar al desafío autoimpuesto: lograr que cada viñeta contuviera un chiste, con remate y todo, formando parte a la vez del relato global de la historieta. La enfermedad marcó cambios inevitables: primero, las letras de Inodoro comenzaron a salir con un programa de computadora que imitaba los caracteres del humorista. Finalmente, en enero de este año, anunció que dejaría de dibujar, y sólo seguiría escribiendo el contenido de sus tiras cómicas. “Fue casi un alivio llegar a esta determinación; me costaba mucho dibujar, y me salía mal. Por ahora mi mano claudicó, no responde como antaño a lo que dicta la mente”, explicó. La solución llegó con otra mano, la de un amigo de años, el cordobés Crist. Así, en el último tiempo, los chistes se pensaban en Rosario, se dibujaban en Córdoba y se imprimían en Buenos Aires, para todo el país.
En 2004, Fontanarrosa fue invitado al III Congreso de la Lengua, que se realizó con toda pompa y circunstancia en la ciudad de Rosario, con la presencia de catedráticos de la más alta alcurnia. Su exposición, que se suponía una suerte de adorno marginal en ese ámbito académico, las palabras de alguien “de otro palo”, terminó siendo lo más recordado del evento. No porque los medios hubieran ejercido su poder de caja amplificadora de lo pequeño, sino porque sus palabras, efectivamente, formaron parte de lo más profundo de la discusión sobre una materia viva como la lengua. “¿Por qué son malas las malas palabras? ¿Le pegan a las otras palabras? ¿Son de mala calidad, y cuando uno las pronuncia se deterioran?”, comenzó planteando el rosarino. En su ponencia abordó la cuestión de “la triste función de los puntos suspensivos” en el reemplzazo de términos soeces, y defendió la potencia expresiva de un carajo o un mierda bien colocados. Hablaba sin recurrir a un texto escrito, en lo que parecía un discurso improvisado, o al menos dicho con la tranquilidad de quien va pensando las palabras en el momento. Pero si logró hacer reír a carcajadas a cada maestra y biliotecaria, y hasta al director de la Real Academia (apellidado, casualmente, García de la Concha), era porque el Negro había trabajado mucho su ponencia. Lo que decía en cada oración, con el ritmo justo para que el auditorio estallara en risas en cada punto, era brillante. Lo mismo ocurría con sus chistes. Nadie se sentía un pelotudo mientras largaba la carcajada.
Una situación similar vivían todos los años los cientos de personas que llenaban la sala más grande de la Feria del Libro, donde Fontanarrosa cumplía con una suerte de ritual, la mesa de humoristas que organizaba De la Flor. El tema era siempre más o menos el mismo: el humor y sus implicancias. El rosarino siempre llegaba con algo preparado, y aunque las dijera como al pasar, sus palabras dejaban picando grandes reflexiones. Decía que disfrutaba muchísimo de esas ferias, aun entre los apretujones de los pasillos repletos, y era fácil creerle, viendo el empeño que ponía en firmar un autógrafo tras otro, frente a una fila de lectores ansiosos que parecía ser siempre igual de larga. “Yo firmo lo que venga”, aseguraba, y contaba que había estampado las cosas más insólitas: papelitos, revistas, camisetas, libros de otro autor. Se tomaba el tiempo para agregar un Mendieta, un Inodoro, lo que el lector pidiera. Era su forma de devolver el cariño que recibía de sus lectores, que lo trataban con respeto y familiaridad a la vez. Como a un amigo.
En cierta medida, el Negro fue un símbolo de un país que alguna vez fue posible, uno de esos seres cuya existencia indican que quizá todavía puede ser posible. Un hombre que manejaba una cultura vastísima, capaz de hacer poesía con Central, o de hacer que la sociedad argentina se reconozca en sus personajes. Un hombre que trabajaba con la sencilla convicción de que podía hablarles a sus lectores de igual a igual, como a seres capaces de reflexionar y reírse con las mismas cosas que él. Por eso sus chistes y textos hacían sentir bien tratado al lector mientras se reía, algo que en estos tiempos de zanahorias para bobos se agradecía como una caricia. No son tantos los que quedan, y un ejemplo pueden ser Les Luthiers, con quienes no por nada el rosarino trabajó durante más de veinte años como asesor creativo.
“¿Por qué a mí? ¿Y por qué no?”, les debe estar diciendo el Negro, desde algún lugar y de alguna forma, con la sonrisa torcida de siempre, a los muchos que hoy lo lloran. Decir que un artista sobrevive en su obra es el más horrible de los lugares comunes para una nota como ésta. Aun así, hay una certeza alrededor de esa posibilidad de reencarnación que solamente se ganan los grandes, que no son tantos. Fontanarrosa podrá haberse muerto, pero todos seguiremos repitiendo: qué grosso que es este tipo.
miércoles, 18 de julio de 2007
mescalito: un joyita para cazadores
hunter thompson: el libro oculto del gonzo mas celebre de las letras
Hunter Thompson es uno de los periodistas más célebres del siglo XX: su talento para conjugar en palabras los actos más audaces (en general combinados con grandes ingestas de sustancias tóxicas y armas de fuego de alto calibre y gatillo sensible), lo volvieron un exponente emblemático de esa forma de periodismo gonzo que se arrojó a perforar la realidad en los años ’60. Algunos lo recordarán por Días de ron, otros por Los ángeles del infierno y la mayoría por Miedo y asco en Las Vegas. Pero a principios de los ’90, Thompson editó apenas 326 ejemplares de un libro minúsculo que resumía su credo y su práctica: tres relatos sobre la experiencia con las drogas, las ilusiones perdidas y un amor bestial entre un hombre y un gato que el mismo Thompson utilizaba como parámetro de cuánto podía un lector aguantarlo. Finalmente, Mescalito se edita en la Argentina. Pruébelo. Aguántelo.
Por Juan Forn
En una de las últimas apariciones públicas de Hunter Thompson, firmando ejemplares de los tres tomos de su correspondencia en una librería de Chicago, uno de sus fanáticos se presentó con una bolsa llena de ajados ejemplares del Gonzo, esperando que éste les estampara la firma. Thompson miró con ojos vidriosos al fanático y a la larga fila que se había formado detrás y declaró que sólo firmaría los libros que se hubieran vendido esa tarde. El fanático guardó contrito todos sus ejemplares menos uno y rogó al Gonzo que al menos le firmara ése. Se trataba de un librito de menos de cincuenta páginas, sin cubierta, con el título Screwjack y un tosco grabado de un gato alzando la cola en su primera página. Thompson ofreció al fanático firmarle toda la bolsa a cambio de ese libro. El tipo dijo que de ninguna manera pensaba desprenderse de él. Thompson sacó entonces un arma, se produjo gran revuelo en la librería y todo terminó con el retiro apresurado de la estrella de la jornada, acompañado de su entorno y varios guardias de seguridad.
La primera edición de Screwjack (Mescalito en la traducción que acaba de publicar en castellano Emecé) se publicó en 1991 en una tirada fantasma de 326 ejemplares numerados, sin tapa y sin incluir siquiera el nombre de su autor en portada, realizada por el desconocido sello editorial Neville Books of Santa Barbara. Como el libro no figuraba ni en los registros del ISBN ni en los de la Biblioteca del Congreso, los fans de Thompson discutieron durante años si se trataba de un objeto de culto de existencia real (por el cual se ofrecían hasta 500 dólares en foros de Internet) o de una humorada más de su icono. El precio de aquellos ejemplares numerados llegó a las nubes en los meses posteriores al suicidio de su autor, hasta que Simon & Schuster reeditó el libro con bombos y platillos a fines del 2005, con la leyenda “el inédito póstumo de HT” bien visible en tapa y en la campaña promocional de lanzamiento.
Hunter Thompson a mediados de los ’70
El breve volumen tenía la misma extensión que en su edición original: 48 páginas, repartidas en tres textos y una introducción en la que el propio HT explica en una carta a su editor (“Querido Maurice”) en qué orden deben ir los textos y por qué. El texto inicial (“Mescalito”) es una típica pieza de gonzo journalism que los fanáticos de HT considerarán “seminal” porque relata en tiempo real el primer viaje de mescalina al que se sometió el Gonzo, en un hotel de Los Angeles en 1969. Alguna vez, HT se definió a sí mismo como un political junkie; este texto ilustra bien por qué. Todas las alucinaciones que le produce la mescalina son políticas: la fecha del relato es febrero del ’69, poco después de los asesinatos de Martin Luther King y Bobby Kennedy, en el momento justo en que Nixon ordenó la represión de estudiantes en Berkeley y la prensa dio a conocer la masacre contra civiles cometida por tropas norteamericanas en My Lai (Vietnam). HT juguetea con la idea de tirarse del piso once o comenzar a disparar contra los policías que ve abajo, mientras los aparatos de su habitación de hotel (TV, radio despertador, máquina de escribir, heladerita, alarma contra incendios) conspiran para obligarlo a hacer algo, hasta que Oscar Zeta Acosta, el abogado chicano e impenitente compañero de desventuras de HT, acude en su ayuda y lo despacha por avión a Denver.
Si “Mescalito” es un destilado avant-la-lettre de la locura psicotrópica que HT desarrollaría hasta la demencia en Miedo y asco en Las Vegas, el segundo y tercer texto (“Muerte de un poeta” y “Screwjack”) pertenecen a lo que el Gonzo consideraba sus “ficciones” y despiden ambos, con los honores que se merecen, a sus dos heterónimos más conocidos: el poeta FX Leach (que aparece por primera vez en Fear and Loathing in Elko y reaparece en Better Than Sex) y el legendario Raoul Duke (mencionado por primera vez en Los ángeles del infierno y protagonista excluyente de Miedo y asco en Las Vegas y otras aventuras narradas por HT).
En la manera de morir que ofrendó HT a sus heterónimos en estos dos relatos (difícil encontrar un relato que culmine con la muerte de su protagonista que sea tan delirantemente eufórico como estos dos) puede hallarse explicación a la avidez con que sus fanáticos se han desvivido a lo largo de los años por conseguir una copia del librito en cuestión. También puede verse en esta despedida a FX Leach y a Raoul Duke la manera en que pensaba irse de este mundo el propio HT. Como bien ha señalado Nathan Cain, una de las grandes ironías de la carrera de Thompson es que haya vivido lo suficiente para ver desdibujarse todos los finales espectaculares que imaginaba para sí mismo (tal como lo demuestra el prólogo al primer volumen de su correspondencia, The Proud Highway, donde habla de sí mismo en tercera persona, describiendo un descabellado accidente de motocicleta en el que supuestamente perdió la vida).
De hecho, muchos expertos en la obra de Thompson dicen que éste aceptó publicar su correspondencia en vida para que ésta contestara por sí misma todas las preguntas sobre “el verdadero Hunter Thompson” que a él tanto le fastidiaba enfrentar (entre ellas si escribió verdaderamente drogado Miedo y asco en Las Vegas, cosa que al parecer no fue así, como le confiesa en una carta al editor del libro, Jim Silberman, de Random House).
Lo cierto es que hay un magistral golpe de efecto al pasar de las alucinaciones de “Mescalito” a “Muerte de un poeta” y de ahí a “Screwjack”, tal como explica HT que es su cometido en la carta a su querido Maurice que abre el libro: “En cuanto al orden, creo que Mescalito debe ir primero, para que la tensión dramática & la anomalía cronológica vayan intensificándose como en el Bolero de Ravel, en un crescendo que arrastrará implacablemente al lector hacia las alturas & desde allí lo dejará caer al abismo. Ese es el efecto buscado, y si abrimos con Screwjack o Muerte de un poeta, el libro se nos disolverá en las manos”.
Otra de las discusiones en torno de este libro que se dan en los foros de Internet es la naturaleza de la relación sexual entre Raoul Duke y su gato en “Screwjack” (el título del relato es el nombre del felino). Hay quienes aseguran que HT habla incuestionablemente de penetración; hay quienes lo consideran una mera metáfora. Lo cierto es que todos los amigos de HT aseguran que él usaba ese relato como tester con las damas que iban a entrevistarlo a su rancho-fortaleza de Woody Creek (Colorado), para saber qué clase de “gonzo-tolerancia” tenían.
De hecho, eso es lo que habría sucedido en 1990, entre HT y una conocida actriz porno devenida productora llamada Gail Palmer-Slater, que asistió a una reunión en Woody Creek para comprarle al Gonzo los derechos cinematográficos de uno de sus libros (no especificó cuál al arreglar la cita). Durante los años ’70 y ’80, Palmer-Slater había formado una sociedad marital-conyugal de pingües ganancias con el mafioso Harry Mohney, poseedor de trescientos cincuenta cines porno en Los Angeles. Cuando sus bondades físicas comenzaron a declinar, Palmer-Slater convenció a Mohney para que le permitiera dirigir y producir sus propias películas (incluyendo algunas con el famoso John Holmes). Cuando Mohney se cansó de ella, Palmer-Slater hizo un arreglo con la policía para testificar contra él y enviarlo a la cárcel.
En 1990 se había casado con un dentista junto al cual asistió a una convención odontológica en Aspen, cuando tuvo la idea de ir a ver a Thompson para negociar con él su retorno al cine. Al día siguiente del encuentro, Palmer-Slater presentó una denuncia por acoso sexual contra HT en los tribunales de Aspen (la misma ciudad en la que Thompson se presentó como candidato a alcalde en los años ’70, con su propio partido, el Freak Power Party, y los republicanos y demócratas de la ciudad debieron unirse en lista única para vencerlo, en unas elecciones famosamente reñidas). La comunidad de Aspen se la tenía jurada al Gonzo desde entonces. Apenas fue radicada la denuncia (la Palmer-Slater acusaba a HT de haberle pellizcado “fuertemente” un pezón) y sin que viniera muy a cuento, la policía local realizó una redada que duró once horas en el rancho de Woody Creek.
Según las actas del juicio posterior, se encontraron un gramo de cocaína, dos onzas de marihuana, treinta y nueve tabletas de LSD y una caja de cartuchos de dinamita. Así se inició un famoso proceso que duró más de dos años, durante el cual HT despidió a sus abogados y asumió su propia defensa. Luego de que se demostrara que las drogas y la dinamita halladas en el rancho tenían por lo menos una década de antigüedad (en la pericia, de resultados hilarantes, se determinaron los escasos efectos residuales que conservaban las sustancias tóxicas halladas), HT declaró en el estrado: “Vivo en Woody Creek hace veinticuatro años y puedo afirmar que gran parte de los freaks de este país (no todos, a Dios gracias) han pasado por esa casa. No veo por qué debe ser mi responsabilidad lo que hayan dejado olvidado en ella”.
Aun así, los propios abogados despedidos por Thompson daban por perdido el juicio hasta que la testigo principal de Palmer-Slater se puso a coquetear abiertamente con el acusado desde el estrado donde estaba declarando. Harto de tanta payasada y cobertura mediática, el juez archivó la causa y declaró inocente de todos los cargos a HT.
La Palmer-Slater nunca logró retornar al mundo del cine y se desconoce su paradero actual. En cuanto a los derechos cinematográficos de “Screwjack”, los fanáticos del Gonzo aseguran que se cremaron junto con el cuerpo de su autor y que fueron disparados al cosmos en una cápsula espacial (con la forma de un puño que apretaba un hongo de peyote) al son de la canción Mr. Tambourine Man de Dylan, durante las exequias de HT en su rancho de Woody Creek, financiadas según su viuda por Johnny Depp y Bill Murray, los dos únicos actores capaces de interpretar al Gonzo en el cine.
MescalitoHunter ThompsonEmecéTraducción: Juan Forn70 págs.
Hunter Thompson es uno de los periodistas más célebres del siglo XX: su talento para conjugar en palabras los actos más audaces (en general combinados con grandes ingestas de sustancias tóxicas y armas de fuego de alto calibre y gatillo sensible), lo volvieron un exponente emblemático de esa forma de periodismo gonzo que se arrojó a perforar la realidad en los años ’60. Algunos lo recordarán por Días de ron, otros por Los ángeles del infierno y la mayoría por Miedo y asco en Las Vegas. Pero a principios de los ’90, Thompson editó apenas 326 ejemplares de un libro minúsculo que resumía su credo y su práctica: tres relatos sobre la experiencia con las drogas, las ilusiones perdidas y un amor bestial entre un hombre y un gato que el mismo Thompson utilizaba como parámetro de cuánto podía un lector aguantarlo. Finalmente, Mescalito se edita en la Argentina. Pruébelo. Aguántelo.
Por Juan Forn
En una de las últimas apariciones públicas de Hunter Thompson, firmando ejemplares de los tres tomos de su correspondencia en una librería de Chicago, uno de sus fanáticos se presentó con una bolsa llena de ajados ejemplares del Gonzo, esperando que éste les estampara la firma. Thompson miró con ojos vidriosos al fanático y a la larga fila que se había formado detrás y declaró que sólo firmaría los libros que se hubieran vendido esa tarde. El fanático guardó contrito todos sus ejemplares menos uno y rogó al Gonzo que al menos le firmara ése. Se trataba de un librito de menos de cincuenta páginas, sin cubierta, con el título Screwjack y un tosco grabado de un gato alzando la cola en su primera página. Thompson ofreció al fanático firmarle toda la bolsa a cambio de ese libro. El tipo dijo que de ninguna manera pensaba desprenderse de él. Thompson sacó entonces un arma, se produjo gran revuelo en la librería y todo terminó con el retiro apresurado de la estrella de la jornada, acompañado de su entorno y varios guardias de seguridad.
La primera edición de Screwjack (Mescalito en la traducción que acaba de publicar en castellano Emecé) se publicó en 1991 en una tirada fantasma de 326 ejemplares numerados, sin tapa y sin incluir siquiera el nombre de su autor en portada, realizada por el desconocido sello editorial Neville Books of Santa Barbara. Como el libro no figuraba ni en los registros del ISBN ni en los de la Biblioteca del Congreso, los fans de Thompson discutieron durante años si se trataba de un objeto de culto de existencia real (por el cual se ofrecían hasta 500 dólares en foros de Internet) o de una humorada más de su icono. El precio de aquellos ejemplares numerados llegó a las nubes en los meses posteriores al suicidio de su autor, hasta que Simon & Schuster reeditó el libro con bombos y platillos a fines del 2005, con la leyenda “el inédito póstumo de HT” bien visible en tapa y en la campaña promocional de lanzamiento.
Hunter Thompson a mediados de los ’70
El breve volumen tenía la misma extensión que en su edición original: 48 páginas, repartidas en tres textos y una introducción en la que el propio HT explica en una carta a su editor (“Querido Maurice”) en qué orden deben ir los textos y por qué. El texto inicial (“Mescalito”) es una típica pieza de gonzo journalism que los fanáticos de HT considerarán “seminal” porque relata en tiempo real el primer viaje de mescalina al que se sometió el Gonzo, en un hotel de Los Angeles en 1969. Alguna vez, HT se definió a sí mismo como un political junkie; este texto ilustra bien por qué. Todas las alucinaciones que le produce la mescalina son políticas: la fecha del relato es febrero del ’69, poco después de los asesinatos de Martin Luther King y Bobby Kennedy, en el momento justo en que Nixon ordenó la represión de estudiantes en Berkeley y la prensa dio a conocer la masacre contra civiles cometida por tropas norteamericanas en My Lai (Vietnam). HT juguetea con la idea de tirarse del piso once o comenzar a disparar contra los policías que ve abajo, mientras los aparatos de su habitación de hotel (TV, radio despertador, máquina de escribir, heladerita, alarma contra incendios) conspiran para obligarlo a hacer algo, hasta que Oscar Zeta Acosta, el abogado chicano e impenitente compañero de desventuras de HT, acude en su ayuda y lo despacha por avión a Denver.
Si “Mescalito” es un destilado avant-la-lettre de la locura psicotrópica que HT desarrollaría hasta la demencia en Miedo y asco en Las Vegas, el segundo y tercer texto (“Muerte de un poeta” y “Screwjack”) pertenecen a lo que el Gonzo consideraba sus “ficciones” y despiden ambos, con los honores que se merecen, a sus dos heterónimos más conocidos: el poeta FX Leach (que aparece por primera vez en Fear and Loathing in Elko y reaparece en Better Than Sex) y el legendario Raoul Duke (mencionado por primera vez en Los ángeles del infierno y protagonista excluyente de Miedo y asco en Las Vegas y otras aventuras narradas por HT).
En la manera de morir que ofrendó HT a sus heterónimos en estos dos relatos (difícil encontrar un relato que culmine con la muerte de su protagonista que sea tan delirantemente eufórico como estos dos) puede hallarse explicación a la avidez con que sus fanáticos se han desvivido a lo largo de los años por conseguir una copia del librito en cuestión. También puede verse en esta despedida a FX Leach y a Raoul Duke la manera en que pensaba irse de este mundo el propio HT. Como bien ha señalado Nathan Cain, una de las grandes ironías de la carrera de Thompson es que haya vivido lo suficiente para ver desdibujarse todos los finales espectaculares que imaginaba para sí mismo (tal como lo demuestra el prólogo al primer volumen de su correspondencia, The Proud Highway, donde habla de sí mismo en tercera persona, describiendo un descabellado accidente de motocicleta en el que supuestamente perdió la vida).
De hecho, muchos expertos en la obra de Thompson dicen que éste aceptó publicar su correspondencia en vida para que ésta contestara por sí misma todas las preguntas sobre “el verdadero Hunter Thompson” que a él tanto le fastidiaba enfrentar (entre ellas si escribió verdaderamente drogado Miedo y asco en Las Vegas, cosa que al parecer no fue así, como le confiesa en una carta al editor del libro, Jim Silberman, de Random House).
Lo cierto es que hay un magistral golpe de efecto al pasar de las alucinaciones de “Mescalito” a “Muerte de un poeta” y de ahí a “Screwjack”, tal como explica HT que es su cometido en la carta a su querido Maurice que abre el libro: “En cuanto al orden, creo que Mescalito debe ir primero, para que la tensión dramática & la anomalía cronológica vayan intensificándose como en el Bolero de Ravel, en un crescendo que arrastrará implacablemente al lector hacia las alturas & desde allí lo dejará caer al abismo. Ese es el efecto buscado, y si abrimos con Screwjack o Muerte de un poeta, el libro se nos disolverá en las manos”.
Otra de las discusiones en torno de este libro que se dan en los foros de Internet es la naturaleza de la relación sexual entre Raoul Duke y su gato en “Screwjack” (el título del relato es el nombre del felino). Hay quienes aseguran que HT habla incuestionablemente de penetración; hay quienes lo consideran una mera metáfora. Lo cierto es que todos los amigos de HT aseguran que él usaba ese relato como tester con las damas que iban a entrevistarlo a su rancho-fortaleza de Woody Creek (Colorado), para saber qué clase de “gonzo-tolerancia” tenían.
De hecho, eso es lo que habría sucedido en 1990, entre HT y una conocida actriz porno devenida productora llamada Gail Palmer-Slater, que asistió a una reunión en Woody Creek para comprarle al Gonzo los derechos cinematográficos de uno de sus libros (no especificó cuál al arreglar la cita). Durante los años ’70 y ’80, Palmer-Slater había formado una sociedad marital-conyugal de pingües ganancias con el mafioso Harry Mohney, poseedor de trescientos cincuenta cines porno en Los Angeles. Cuando sus bondades físicas comenzaron a declinar, Palmer-Slater convenció a Mohney para que le permitiera dirigir y producir sus propias películas (incluyendo algunas con el famoso John Holmes). Cuando Mohney se cansó de ella, Palmer-Slater hizo un arreglo con la policía para testificar contra él y enviarlo a la cárcel.
En 1990 se había casado con un dentista junto al cual asistió a una convención odontológica en Aspen, cuando tuvo la idea de ir a ver a Thompson para negociar con él su retorno al cine. Al día siguiente del encuentro, Palmer-Slater presentó una denuncia por acoso sexual contra HT en los tribunales de Aspen (la misma ciudad en la que Thompson se presentó como candidato a alcalde en los años ’70, con su propio partido, el Freak Power Party, y los republicanos y demócratas de la ciudad debieron unirse en lista única para vencerlo, en unas elecciones famosamente reñidas). La comunidad de Aspen se la tenía jurada al Gonzo desde entonces. Apenas fue radicada la denuncia (la Palmer-Slater acusaba a HT de haberle pellizcado “fuertemente” un pezón) y sin que viniera muy a cuento, la policía local realizó una redada que duró once horas en el rancho de Woody Creek.
Según las actas del juicio posterior, se encontraron un gramo de cocaína, dos onzas de marihuana, treinta y nueve tabletas de LSD y una caja de cartuchos de dinamita. Así se inició un famoso proceso que duró más de dos años, durante el cual HT despidió a sus abogados y asumió su propia defensa. Luego de que se demostrara que las drogas y la dinamita halladas en el rancho tenían por lo menos una década de antigüedad (en la pericia, de resultados hilarantes, se determinaron los escasos efectos residuales que conservaban las sustancias tóxicas halladas), HT declaró en el estrado: “Vivo en Woody Creek hace veinticuatro años y puedo afirmar que gran parte de los freaks de este país (no todos, a Dios gracias) han pasado por esa casa. No veo por qué debe ser mi responsabilidad lo que hayan dejado olvidado en ella”.
Aun así, los propios abogados despedidos por Thompson daban por perdido el juicio hasta que la testigo principal de Palmer-Slater se puso a coquetear abiertamente con el acusado desde el estrado donde estaba declarando. Harto de tanta payasada y cobertura mediática, el juez archivó la causa y declaró inocente de todos los cargos a HT.
La Palmer-Slater nunca logró retornar al mundo del cine y se desconoce su paradero actual. En cuanto a los derechos cinematográficos de “Screwjack”, los fanáticos del Gonzo aseguran que se cremaron junto con el cuerpo de su autor y que fueron disparados al cosmos en una cápsula espacial (con la forma de un puño que apretaba un hongo de peyote) al son de la canción Mr. Tambourine Man de Dylan, durante las exequias de HT en su rancho de Woody Creek, financiadas según su viuda por Johnny Depp y Bill Murray, los dos únicos actores capaces de interpretar al Gonzo en el cine.
MescalitoHunter ThompsonEmecéTraducción: Juan Forn70 págs.
jueves, 12 de julio de 2007
solidaridad: urgente se necesita
Se convoca a la solidaridad por la vida de una niña
Tiene una sonrisa permanente en el rostro y unos inmensos deseos de vivir, ella es Ivonne Oropeza Durán una niña tarijeña de 11 años que padece de Fibrosis pulmonar, enfermedad que no le ha permitido estudiar, ni vivir de manera normal y que podría acabar con su vida.
Ese es el motivo que impulsa, a través de este medio, solicitar la ayuda de todos aquellos que deseen colaborar para que ella pueda vivir.
Ivonne es la tercera hija de una pareja muy pobre que tienen que mantener además de Ivonne, a cuatro hijos.
La niña estaba siendo atendida a través de un seguro médico obtenido por el trabajo de portero que tenía el padre, en dicho seguro no contaban con la especialidad de neumología es así que fue trasladada a la ciudad de Cochabamba donde los médicos que la trataron la desahuciaron. Posteriormente el padre fue despedido sin explicación coherente, al perder el trabajo también se perdió la atención médica para la menor. Ahora se encuentra en Tarija, donde es la madre con su trabajo de lavandera de ropa la que sustenta ese hogar. Por esas razones el costo del tratamiento que requiere Ivonne se hace inalcanzable para la familia.
La terapia de la Fibrosis Quística consiste en: antibiótico, broncodilatadores, corticoides, terapia física del tórax, ejercicio, oxígeno, medidas nutricionales y transplante cardiopulmonar.
Ivonne en la actualidad sobrevive gracias a sobres de Fludimed, aparte de requerir de esta medicina, necesita constantemente fisioterapia respiratoria. Para todas aquellas personas que estén interesadas en ayudar a que Ivonne siga luchando por la vida pueden comunicarse con la mamá al celular 71877227, en su caso con Ricardo Juárez en Tarija, al 76192209. En Cochabamba contactarse al 70799386 (Jackeline).
Tiene una sonrisa permanente en el rostro y unos inmensos deseos de vivir, ella es Ivonne Oropeza Durán una niña tarijeña de 11 años que padece de Fibrosis pulmonar, enfermedad que no le ha permitido estudiar, ni vivir de manera normal y que podría acabar con su vida.
Ese es el motivo que impulsa, a través de este medio, solicitar la ayuda de todos aquellos que deseen colaborar para que ella pueda vivir.
Ivonne es la tercera hija de una pareja muy pobre que tienen que mantener además de Ivonne, a cuatro hijos.
La niña estaba siendo atendida a través de un seguro médico obtenido por el trabajo de portero que tenía el padre, en dicho seguro no contaban con la especialidad de neumología es así que fue trasladada a la ciudad de Cochabamba donde los médicos que la trataron la desahuciaron. Posteriormente el padre fue despedido sin explicación coherente, al perder el trabajo también se perdió la atención médica para la menor. Ahora se encuentra en Tarija, donde es la madre con su trabajo de lavandera de ropa la que sustenta ese hogar. Por esas razones el costo del tratamiento que requiere Ivonne se hace inalcanzable para la familia.
La terapia de la Fibrosis Quística consiste en: antibiótico, broncodilatadores, corticoides, terapia física del tórax, ejercicio, oxígeno, medidas nutricionales y transplante cardiopulmonar.
Ivonne en la actualidad sobrevive gracias a sobres de Fludimed, aparte de requerir de esta medicina, necesita constantemente fisioterapia respiratoria. Para todas aquellas personas que estén interesadas en ayudar a que Ivonne siga luchando por la vida pueden comunicarse con la mamá al celular 71877227, en su caso con Ricardo Juárez en Tarija, al 76192209. En Cochabamba contactarse al 70799386 (Jackeline).
la nueva propuesta de la televisión nacional: impacto, relativismo y ventas
Por VictorVíctor H. Romero
Si hay algo de temer en este país es al mal manejo informativo de la televisión nacional
Desde hace varios meses el tratamiento informativo que implementan los telediarios, sean locales o nacionales;, ha llegado a los niveles más bajos de calidad, puesto que ahora no sólo se busca informar a medias, sino causar impacto, antes que comunicar, proporcionar al televidente todas las aristas de un hecho noticioso para que, por sí sólo, pueda llegar a una sana conclusión a partir de una lectura personal de la coyuntura diaria, por. Por si esto fuera poco también pretenden inducirlo al a consumir con una serie de ofertas de “tv-compra”, terminando de esa forma en destruir todo principio de información.
Que la televisión es comercial no es un secreto, pero al paso que vamos, no queda otra que correr el riesgo de pecar de puritanos y exigir un poco de mesura, pero. Pero empecemos por partes: la televisión se convirtió en una testera política en la que se promueve no sólo el enfrentamiento entre las partes, también se asume una posición que tergiversa la información, difundiéndose a medias, sin ni siquiera tomar en cuenta a la contraparte.
No deja de ser graciosa además la poca lectura crítica de los periodistas, casi siempre tiran la pelota informativa por el lado equivocado, hace poco se difundieron imágenes del constituyente Fernando Morales agrediendo a un dirigente de la CIDOB en la Red UNO, como si se tratase de un espectáculo más o de una escena propia de Rocky Balboa, exhibieron la imagen del gancho derecho, una y otra vez, con “Eye of tiger” como fondo musical. En una completa interrogante quedó la situación de salud del agredido, las acciones judiciales que iniciarían, pero eso sí se informó sobre las diversas reacciones, diplomáticos insultos y justificaciones de las clase política, más allá de frenar o censurar ese tipo de actitudes que lindan con el racismo, proyectaron la confrontación a otros niveles.
Otro ejemplo, mientras la nevada caía sobre el Altiplanoaltiplano y se revelaba la poca capacidad de las instituciones para enfrentar este tipo de emergencias, no faltó quien valorase la postal, antes que la tragedia, es más, tuve la oportunidad de ver como un reportero de UNITEL de Cochabamba, se solazaba jugando con nieve con su camarógrafo, de información no se emitió absolutamente nada, atrás quedaron las desgracias, los muertos, la ola de frío polar que irrumpe en el continente. La información se convirtió en una irreverente postal sin sentido común alguno.
Pero a la hora, de informarse, aproveche ya no la pausa comercial, deguste los exquisitos alimentos, saboreésaboree las diversas bebidas, incluso cómprese ropa nueva y de toda talla, siempre a través de su noticiero estelar, al . Al paso que vamos, que no nos sorprenda encontrar un “set” de televisión en los flamantes estudios del supermercado más moderno del país. Pero eso sí, sus conductores, ponen la expresión de seriedad absoluta cuando se trata de tocar temas “profundos”, lo que en realidad hacen es intentar profundizar en la superficialidad de su formación crítica, que apropósito, a propósito, se halla siempre acorde a la tendencia política que más se acopla a su estatus social. En suma, la televisión está llena de malhablados, analistas de medio pelo y sumo-pontífices, . ¿para qué tenemos gobernantes si ellos pueden asumir el rol de representarnos.?
Esa práctica de cambiar canales apretando el botón preciso del control remoto, que los intelectuales de pose denominan como zapping;, resulta ser la mejor opción para ver y no ver la televisión nacional, divida en dos importantes áreas del entretenimiento, que de aa poco su amorfismo las va convirtiendo en el producto de una misma madre,: los informativos de alto impacto en ventas y las revistas (matutinas, meridianas y nocturnas) de mediocre esparcimiento en el que se priman los saludos para unos y otros, ingenuos y muy sinceros comentarios relacionados a temas de coyuntura en los que para nada se busca la génesis de la información que se intenta debatir. El “resto” televisivo se debate en el limbo entre estas tan interesantes propuestas, el televidente queda entonces condenado a un sistema de ventas, concursos y a considerar apagar la televisión o saltar de canal en canal tratando de descubrir lo que en realidad pasó.
Paradójicamente, afuera, en el “más allá de nuestras fronteras criollas”, el mundo periodístico va tomando de apoco un rol de interlocutor, tratando de hacer lo imposible para dejar de considerar a la opinión pública como una subjetivada de encuestas y darle la opción de, al menos, ser reportero por un día y escuchar, conocer su peculiar forma de entender no sólo a su mundo, también el que lo rodea, cuestionando entre líneas el rol del periodista, del reportero, del editor, de aquél que se supone está en las calles en contacto directo con la noticia y de el que tiene la misión de procesarla para una mejor digestión del hecho noticioso.
En los hechos, ninguno de los dos tiene los pies sobre la tierra, se trabaja para cumplir y no para hacer del periodismo una práctica comprometida con la verdad. Los reporteros se convierten entonces en una privilegiada clase que detenta del poder y que a su modo, le brinda un particular y leve sentimiento de existencia, ante la falacia de un “poder” que no existe más que a través de una grabadora, un micrófono y una cámara. De ahí que no está demás recomendar que… ¡llame ahora, marque ya, que estaésta puede ser su última oportunidad!
hergè: una mancha en el expediente
Una organización pide la retirada en Reino Unido de 'Tintín en el Congo' por 'racista'
ELMUNDO.ES
MADRID.- La Comisión británica para la Igualdad Racial (CRE, en sus siglas en inglés) ha exigido la prohibición en Reino Unido de uno de los álbumes de Tintín. Su objetivo es 'Tintín en el Congo' y la razón, que "pone de relieve groseros estereotipos raciales".
El álbum, publicado en 1930, narra las aventuras del reportero creado por el dibujante belga Hergè en su viaje al centro de África, concretamente al Congo, en aquel entonces colonia de Bélgica.
Según una portavoz de CRE, este libro contiene "imágenes y palabras acerca de prejuicios raciales atroces, donde los 'nativos salvajes' parecen monos y hablan como imbéciles", informa el periódico británico 'The Times'.
Por ejemplo, destaca la escena en que el reportero es nombrado jefe en un pueblo africano porque "es un buen hombre blanco". O cuando Milú es coronado rey, que "promueve la visión racista de que los negros deberán ser guiados por blancos e incluso por un perro".
Por ello, pide a la cadena de librerías Borders que lo retire de sus estanterías. "¿Cómo y por qué Borders cree que es correcto vender este tipo de material racista?", se cuestiona esta organización, a lo que añade que el único lugar donde sería "aceptable que este material se expusiera sería en un museo, junto a un gran cartel que dijera: Disparate racista y pasado de moda".
Hergé se disculpó
Egmont, editorial que publica el libro, se defiende alegando que todas las ediciones que llegan a las librerías llevan una etiqueta que advierte de que el cómic contiene "estereotipos burgueses y paternalistas de la época, interpretación que algunos lectores podrían encontrar ofensiva".
Hergé, que dibujó la historia a finales de los años 20, se disculpó tiempo después por los contenidos "ofensivos" de algunos de sus libros.
"En cuanto a 'Tintín en el Congo', así como 'Tintín en el país de los Soviets', el hecho es que mientras crecía me alimenté de los prejuicios de la sociedad burguesa que me rodeaba", admitió Hergé, a lo que añadió que es cierto que 'Soviets' y 'Congo' fueron "pecados de la juventud" y que si los volviera a escribir serían distintos.
La edición actual, la primera de este cómic de Tintín que se publicó en color en el Reino Unido, se lanzó en 2005, después de más de 10 años vendiéndose en otra edición en blanco y negro.
ELMUNDO.ES
MADRID.- La Comisión británica para la Igualdad Racial (CRE, en sus siglas en inglés) ha exigido la prohibición en Reino Unido de uno de los álbumes de Tintín. Su objetivo es 'Tintín en el Congo' y la razón, que "pone de relieve groseros estereotipos raciales".
El álbum, publicado en 1930, narra las aventuras del reportero creado por el dibujante belga Hergè en su viaje al centro de África, concretamente al Congo, en aquel entonces colonia de Bélgica.
Según una portavoz de CRE, este libro contiene "imágenes y palabras acerca de prejuicios raciales atroces, donde los 'nativos salvajes' parecen monos y hablan como imbéciles", informa el periódico británico 'The Times'.
Por ejemplo, destaca la escena en que el reportero es nombrado jefe en un pueblo africano porque "es un buen hombre blanco". O cuando Milú es coronado rey, que "promueve la visión racista de que los negros deberán ser guiados por blancos e incluso por un perro".
Por ello, pide a la cadena de librerías Borders que lo retire de sus estanterías. "¿Cómo y por qué Borders cree que es correcto vender este tipo de material racista?", se cuestiona esta organización, a lo que añade que el único lugar donde sería "aceptable que este material se expusiera sería en un museo, junto a un gran cartel que dijera: Disparate racista y pasado de moda".
Hergé se disculpó
Egmont, editorial que publica el libro, se defiende alegando que todas las ediciones que llegan a las librerías llevan una etiqueta que advierte de que el cómic contiene "estereotipos burgueses y paternalistas de la época, interpretación que algunos lectores podrían encontrar ofensiva".
Hergé, que dibujó la historia a finales de los años 20, se disculpó tiempo después por los contenidos "ofensivos" de algunos de sus libros.
"En cuanto a 'Tintín en el Congo', así como 'Tintín en el país de los Soviets', el hecho es que mientras crecía me alimenté de los prejuicios de la sociedad burguesa que me rodeaba", admitió Hergé, a lo que añadió que es cierto que 'Soviets' y 'Congo' fueron "pecados de la juventud" y que si los volviera a escribir serían distintos.
La edición actual, la primera de este cómic de Tintín que se publicó en color en el Reino Unido, se lanzó en 2005, después de más de 10 años vendiéndose en otra edición en blanco y negro.
una mirada turística: los perros mendigos
Por Ximena Flores C. *
Es sólo cosa de aguantar el sueño y estar atento a cualquier parte de algún camino boliviano lugar en el que podemos observar con, no poca tristeza, una cantidad considerable de perros vagabundos que se asoman a la carretera y alzan su cabeza cada que vez un automóvil se acerca para ver si en un golpe de suerte es lanzado un pedazo de lo que sea comestible.
La realidad de la falta de control de la población canina es muy dura, que se replica tanto en zonas urbanas como rurales, porque perros mendigos hay muchos, demasiados, con el riesgo que conlleva para la población humana por las enfermedades como el mal de rabia, amenaza latente para nuestra generación y las siguientes.
Pero el aspecto que ahora me llama especialmente la atención es que esa falta de control nos hace cada vez menos humanos, porque además del riesgo epidemiológico, debemos hacer conciencia de la realidad de la vida de estos animales que, finalmente, no tienen culpa alguna de haber llegado al mundo en esas condiciones tan hostiles y de vivir en la más cruda de las realidades de hambre y desamparo.
No es buena idea, hacer ese control a balazos o quemando a los perros vivos como en Santa Cruz, no es buena idea tampoco darles veneno para que tengan una de las muertes más inmisericordes como en Oruro y otros puntos del país, tampoco el matarlos de hambre por ser ésta la forma más aberrante de indiferencia absurda al ser una muerte lenta y dolorosa.
Las autoridades llamadas a hacer políticas públicas deben estar concientes de que cualquier decisión tiene que tomar en cuenta el permitir en cualquier caso, que todo se desarrolle dentro de una lógica humana de, por lo menos, compasión o en el mejor de los casos el más profundo respeto por la vida. Pero -como siempre hay un pero- el ciudadano es el que más debe estar conciente de su propia realidad y conocer que no es buena idea abandonar a su propio perro o no vacunarlo, que no es buena idea tampoco evitar su castración o esterilización porque ése es un aporte a que la población canina aumente desmedidamente.
Es así que la responsabilidad no es exclusiva de las autoridades, es también una responsabilidad de cada uno de los ciudadanos que si aportáramos tendríamos la seguridad de una ciudad con menos riesgo de enfermedades, mordeduras dolorosas, perros hambrientos y abandonados y la buena fortuna, por salud y estética, de tener menos caca de perro en las calles.
* Ximena Flores C., es comunicadora y Diputada Nacional.
Es sólo cosa de aguantar el sueño y estar atento a cualquier parte de algún camino boliviano lugar en el que podemos observar con, no poca tristeza, una cantidad considerable de perros vagabundos que se asoman a la carretera y alzan su cabeza cada que vez un automóvil se acerca para ver si en un golpe de suerte es lanzado un pedazo de lo que sea comestible.
La realidad de la falta de control de la población canina es muy dura, que se replica tanto en zonas urbanas como rurales, porque perros mendigos hay muchos, demasiados, con el riesgo que conlleva para la población humana por las enfermedades como el mal de rabia, amenaza latente para nuestra generación y las siguientes.
Pero el aspecto que ahora me llama especialmente la atención es que esa falta de control nos hace cada vez menos humanos, porque además del riesgo epidemiológico, debemos hacer conciencia de la realidad de la vida de estos animales que, finalmente, no tienen culpa alguna de haber llegado al mundo en esas condiciones tan hostiles y de vivir en la más cruda de las realidades de hambre y desamparo.
No es buena idea, hacer ese control a balazos o quemando a los perros vivos como en Santa Cruz, no es buena idea tampoco darles veneno para que tengan una de las muertes más inmisericordes como en Oruro y otros puntos del país, tampoco el matarlos de hambre por ser ésta la forma más aberrante de indiferencia absurda al ser una muerte lenta y dolorosa.
Las autoridades llamadas a hacer políticas públicas deben estar concientes de que cualquier decisión tiene que tomar en cuenta el permitir en cualquier caso, que todo se desarrolle dentro de una lógica humana de, por lo menos, compasión o en el mejor de los casos el más profundo respeto por la vida. Pero -como siempre hay un pero- el ciudadano es el que más debe estar conciente de su propia realidad y conocer que no es buena idea abandonar a su propio perro o no vacunarlo, que no es buena idea tampoco evitar su castración o esterilización porque ése es un aporte a que la población canina aumente desmedidamente.
Es así que la responsabilidad no es exclusiva de las autoridades, es también una responsabilidad de cada uno de los ciudadanos que si aportáramos tendríamos la seguridad de una ciudad con menos riesgo de enfermedades, mordeduras dolorosas, perros hambrientos y abandonados y la buena fortuna, por salud y estética, de tener menos caca de perro en las calles.
* Ximena Flores C., es comunicadora y Diputada Nacional.
miércoles, 11 de julio de 2007
¿la religión del fútbol?
NUEVA CAMPAÑA DEL GETAFE, OBRA DE LA AGENCIA EL RUSO DE ROCKY
El spot hace una provocativa reinterpretación de la Biblia
'Hemos intentado no ofender, pero siempre se enfada alguien', dicen los creativos
RAQUEL QUÍLEZ. El Mundo.
MADRID.- Negarás a Dios... y a tu padre y a tu madre, y a quien ose ponerse por delante si esa noche juega tu equipo. Ese es el mensaje que quiere transmitir la campaña de captación de socios del Getafe F. C. para la próxima temporada, pero a sus responsables se les ha ido un poco la mano. O quizás todo lo contrario. En publicidad, el principal objetivo es no pasar desapercibido y el nuevo anuncio del club madrileño impacta desde el primer segundo. Religión mediante.
El spot, que se presentó en el Coliseum Alfonso Pérez, hace una provocativa reinterpretación de la Biblia. Uno tras otro se escenifican pasajes del Antiguo y el Nuevo Testamento, mientras personajes como Abraham y su hijo Isaac, e incluso Jesucristo, van negando su devoción a Dios para entregarse a divinidades paganas.
Lo dejan claro: su equipo es lo primero. Es la última maniobra del presidente del club, Angel Torres, que ha puesto a esta localidad madrileña en el mapa gracias al excelente resultado de su equipo en la pasada temporada.
"Escúchame bien, quién te crees que eres para pensar que mataría a mi propio hijo sólo porque tú me lo pidieras. Cómo puedes creer que condenaría a mi alma a vagar durante 40 años por el desierto... Estás loco, loco, si piensas que arrancaría una costilla de mi propio pecho sólo por un capricho tuyo. Escúchame bien, por ti no... Antes está mi equipo", dice una contundente voz en off, mientras se suceden escenas apocalípticas como la de un hipotético Adán lamiéndose la herida bajo el Arbol del Bien y del Mal.
El anuncio es obra de una nueva agencia, El Ruso de Rocky, y su creativos son Angel Torres y Lucas Paulino. Ellos son los responsables de la idea, que, seguro, levantará polémica. "Es un ejercicio de exageración para mostrar el orgullo y sentimiento de un aficionado hacia su club, que supera casi a cualquier valor de la vida. Queríamos elevar a una escala superior los pequeños sacrificios que haces cada fin de semana por tu equipo, como inventarte una excusa para dejar plantada a tu mujer o dejar sin terminar el trabajo que tenías que entregar al día siguiente", explica Lucas Paulino.
Son muy conscientes de que su "metáfora" puede herir sensibilidades: "Está dirigida a los amantes del fútbol. Nosotros hemos intentado no ofender a nadie, pero con la publicidad siempre hay alguien que se enfada...".
La creatividad de los pequeños
El anuncio tiene una producción muy cuidada, impropia del bajo presupuesto que correspondería a un club como el Getafe. Sin embargo, en su proceso de creación se repite una historia muy habitual en el sector publicitario: las agencias aceptan trabajar para organismos a priori menos rentables porque, a cambio, reciben total libertad a la hora de desarrollar campañas arriesgadas que nunca les aprobaría otro anunciante más poderoso. Como en este caso, el límite de lo políticamente correcto se desplaza de forma considerable.
Eso sí, la agencia y la productora -Got film- tienen que asumir parte de los gastos. Lo subsanan recurriendo al favor de los amigos: ninguno de los caracterizados en el anuncio como personajes sagrados son actores profesionales, sino amigos y familiares de los trabajadores de la agencia. El Jesucristo que se resiste a morir crucificado, por ejemplo, es el hermano de Lucas. Sin embargo, el esfuerzo compensa ya que este tipo de anuncios suele acumular premios en los festivales de publicidad, lo que se traduce en un prestigio impagable para la agencia.
La publicidad del Atlético de Madrid, obra de la agencia Sra. Rushmore, es un claro ejemplo de esto. Anuncios como ¿Eres unos de los nuestros?, El corazón tiene razones que la razón no entiende, Un añito en el infierno o el regreso de las profundidades a la Primera División de la mano del Mono Burgos en Ya estamos aquí son algunos de los que más han dado que hablar en los últimos años.
Seguro que en el caso de este anuncio los comentarios serán más encendidos. En la agencia creen que la ocasión lo merecía y han desarrollado una campaña a la altura del Getafe, que ha conseguido este año el hito de llegar por primera vez en su en su historia a la final de la Copa del Rey, y lograr la clasificación para la Copa de la UEFA
El spot hace una provocativa reinterpretación de la Biblia
'Hemos intentado no ofender, pero siempre se enfada alguien', dicen los creativos
RAQUEL QUÍLEZ. El Mundo.
MADRID.- Negarás a Dios... y a tu padre y a tu madre, y a quien ose ponerse por delante si esa noche juega tu equipo. Ese es el mensaje que quiere transmitir la campaña de captación de socios del Getafe F. C. para la próxima temporada, pero a sus responsables se les ha ido un poco la mano. O quizás todo lo contrario. En publicidad, el principal objetivo es no pasar desapercibido y el nuevo anuncio del club madrileño impacta desde el primer segundo. Religión mediante.
El spot, que se presentó en el Coliseum Alfonso Pérez, hace una provocativa reinterpretación de la Biblia. Uno tras otro se escenifican pasajes del Antiguo y el Nuevo Testamento, mientras personajes como Abraham y su hijo Isaac, e incluso Jesucristo, van negando su devoción a Dios para entregarse a divinidades paganas.
Lo dejan claro: su equipo es lo primero. Es la última maniobra del presidente del club, Angel Torres, que ha puesto a esta localidad madrileña en el mapa gracias al excelente resultado de su equipo en la pasada temporada.
"Escúchame bien, quién te crees que eres para pensar que mataría a mi propio hijo sólo porque tú me lo pidieras. Cómo puedes creer que condenaría a mi alma a vagar durante 40 años por el desierto... Estás loco, loco, si piensas que arrancaría una costilla de mi propio pecho sólo por un capricho tuyo. Escúchame bien, por ti no... Antes está mi equipo", dice una contundente voz en off, mientras se suceden escenas apocalípticas como la de un hipotético Adán lamiéndose la herida bajo el Arbol del Bien y del Mal.
El anuncio es obra de una nueva agencia, El Ruso de Rocky, y su creativos son Angel Torres y Lucas Paulino. Ellos son los responsables de la idea, que, seguro, levantará polémica. "Es un ejercicio de exageración para mostrar el orgullo y sentimiento de un aficionado hacia su club, que supera casi a cualquier valor de la vida. Queríamos elevar a una escala superior los pequeños sacrificios que haces cada fin de semana por tu equipo, como inventarte una excusa para dejar plantada a tu mujer o dejar sin terminar el trabajo que tenías que entregar al día siguiente", explica Lucas Paulino.
Son muy conscientes de que su "metáfora" puede herir sensibilidades: "Está dirigida a los amantes del fútbol. Nosotros hemos intentado no ofender a nadie, pero con la publicidad siempre hay alguien que se enfada...".
La creatividad de los pequeños
El anuncio tiene una producción muy cuidada, impropia del bajo presupuesto que correspondería a un club como el Getafe. Sin embargo, en su proceso de creación se repite una historia muy habitual en el sector publicitario: las agencias aceptan trabajar para organismos a priori menos rentables porque, a cambio, reciben total libertad a la hora de desarrollar campañas arriesgadas que nunca les aprobaría otro anunciante más poderoso. Como en este caso, el límite de lo políticamente correcto se desplaza de forma considerable.
Eso sí, la agencia y la productora -Got film- tienen que asumir parte de los gastos. Lo subsanan recurriendo al favor de los amigos: ninguno de los caracterizados en el anuncio como personajes sagrados son actores profesionales, sino amigos y familiares de los trabajadores de la agencia. El Jesucristo que se resiste a morir crucificado, por ejemplo, es el hermano de Lucas. Sin embargo, el esfuerzo compensa ya que este tipo de anuncios suele acumular premios en los festivales de publicidad, lo que se traduce en un prestigio impagable para la agencia.
La publicidad del Atlético de Madrid, obra de la agencia Sra. Rushmore, es un claro ejemplo de esto. Anuncios como ¿Eres unos de los nuestros?, El corazón tiene razones que la razón no entiende, Un añito en el infierno o el regreso de las profundidades a la Primera División de la mano del Mono Burgos en Ya estamos aquí son algunos de los que más han dado que hablar en los últimos años.
Seguro que en el caso de este anuncio los comentarios serán más encendidos. En la agencia creen que la ocasión lo merecía y han desarrollado una campaña a la altura del Getafe, que ha conseguido este año el hito de llegar por primera vez en su en su historia a la final de la Copa del Rey, y lograr la clasificación para la Copa de la UEFA
magia negra: una invitación al futuro
A fines de los ’60, Miles Davis era un músico ya legendario, que tenía su lugar asegurado por haber cambiado varias veces al jazz. En esos años en que Los Beatles hablaban de revolución, Hendrix rompía los límites del rock y el público celebraba a la vanguardia, el trompetista de 42 años que había inventado el bop y el cool se encerró por unos días en un estudio con un grupo de futuras estrellas, para grabar en 1969 un disco en el que fusionaría rock, jazz y vanguardia, y con el que volvería a inventar el sonido de la década siguiente.
Por Diego Fischerman. Radar, Página 12.
El año 1969 comienza, como todo, un poco antes.
Un principio podría ser Sgt. Pepper, el primer caso reconocido en el que un grupo pop participó del trabajo de mezcla en el estudio de grabación. O, dicho de otro modo, donde el trabajo de mezcla fue parte del proceso de composición.
Otro punto de inflexión fue el Album blanco y el simple con “Revolution” como cara B y aquello de John Lennon corrigiéndose a sí mismo (“Si se trata de romper todo no cuentes (contá) conmigo”). Ese disco –el primero blanco, el primero doble, el primero en señalar todos los estilos futuros del pop-rock–, al fin y al cabo, salió a la venta en el famoso 68, el mismo año del Mayo Francés, de Axis Bold as Love de Hendrix, de A Saucerful of Secrets de Pink Floyd y de la Sinfonia de Luciano Berio donde a un movimiento completo de una sinfonía de Mahler se le superponían los Swingle Singers, textos poéticos y políticos y hasta lecciones de solfeo.
El ‘68, ese año contra el que despotricó el recientemente electo Sarkozy (“se destruyeron las jerarquías, la diferencia entre el bien y el mal, entre lo feo y lo bello”), fue un año en que las revoluciones (la de Lennon entre otras) estaban a la orden del día. Y fue el año en que, por primera vez, con una tapa filopsicodélica y un título que remitía a Lucy y sus diamantes –Miles in the Sky–, Miles Davis utilizó un instrumento eléctrico, la guitarra, tocada por George Benson. Luego, en ese mismo año, apareció el piano eléctrico en las sesiones que serían publicadas, a comienzos del ‘69, en el disco Filles de Kilimanjaro. Y después, la explosión. “La electricidad según Miles, como la belleza para André Breton, será convulsiva o no será nada”, escribió la revista especializada francesa Jazz Magazine. Se referían, por supuesto, a Bitches Brew.
Cuando se habla de jazz rock se puede estar hablando de muchas cosas diferentes. Del gesto pop –un pop en modo menor, además– de algunos arreglos de discos de jazz (californianos) de los ‘70. Del gesto jazzy de algunos arreglos de discos pop. De algunas experiencias de Frank Zappa; de algunas experiencias de Soft Machine. Pero lo que Miles Davis hace, en Bitches Brew, es apropiarse del lado más exasperado del rock; de aquel que tiene que ver con la guitarra distorsionada de Jimi Hendrix. Nada hay de la rítmica mecánica del pop, nada de la “forma canción”. Lo que interesa a Miles es el rock como ruptura y como estética, ligada tanto al propio sonido –el timbre de los instrumentos eléctricos, la distorsión, los efectos como el wah-wah– como a la manera de producir en el estudio y, también, de concebirse a sí mismo como músico. En una época en que la modernidad caducaba casi de inmediato y las estéticas de apenas unos años atrás pertenecían a un pasado remoto –entre Beatles for Sale, de 1964, y el Album blanco no hay cuatro años de distancia sino una eternidad– Miles Davis, aquel que había sido moderno en la fundación del Be-Bop, a mediados de la década de 1940, se las arreglaba para seguir siéndolo. El sonido de 1945 eran sus grabaciones con Charlie Parker. Y el sonido de 1969 era Hendrix dinamitando el timbre de la guitarra eléctrica en Woodstock y, también, qué duda cabe, era Bitches Brew.
Varios grandes discos del jazz vieron la luz sobre los finales de distintas décadas (el solo de Coleman Hawkins en “Body & Soul”, en 1939, Giant Steps de Coltrane o Ah Um de Mingus, en 1959). Lo curioso es que en cada uno de esos años terminados en 9, Miles Davis fundó el sonido del jazz de la década siguiente. En 1949, con The Birth of the Cool, creó el de la década del ’50, una década cool. En 1959, con Kind of Blue, inauguró la década del ’60, una década blues. Y en 1969 dio comienzo, con Bitches Brew, a la década del ’70. A una década eléctrica. Y, también, una década política, revulsiva, contestataria. Bitches Brew no es sólo eléctrico. Es salvajemente eléctrico. Lo que en los años del bop, con sus notas sostenidas sin vibrato y su preferencia por atacar las frases desde una disonancia tocada casi sin ataque, con suavidad extrema, había sido la profundización de las tensiones armónicas y, luego, a partir de 1959, el trabajo sobre el color y la polirritmia y la abolición de la forma basada en la canción, en los ’70 tomó la forma de improvisaciones colectivas casi sin pautas previas (como en el free pero con un gesto absolutamente distinto del de Albert Ayler, por ejemplo), donde los instrumentos amplificados se daban la mano con una especie de multirracialidad –la incorporación de percusión y sitar– y donde el resultado era una suerte de sonido líquido, multiforme y expansivo.
Pero hay un dato más. Suele decirse que la totalidad es más que la suma de las partes en tanto es el producto de todas ellas más lo que produce su combinación. Esas partes, si se piensa en los músicos involucrados en Bitches Brew, ya son lo suficientemente poderosas de por sí: un supergrupo sin conciencia de serlo. Chick Corea, John McLaughlin, Joseph Zawinul, Dave Holland y Jack DeJohnette serían ni más ni menos que los músicos más importantes de las décadas siguientes. Y, en particular, el jazz rock de los ‘70 tomaría su forma de los grupos que lideraron los tres primeros: Return to Forever (Corea), Mahavishnu Orchestra (McLaughlin) y Weather Report (Zawinul). Como piensa Sarkozy, es posible que el 68 haya derribado las barreras entre lo feo y lo bello. Y es posible que Bitches Brew no sólo no suene “bello” sino que, además de no haberlo buscado, sus artífices se hubieran ofendido ante tal adjetivo. Bitches Brew, sencillamente, invita a escuchar el sonido del Big Bang. Y nadie dijo jamás que el sonido del Big Bang deba ser “bello”.
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Por Diego Fischerman. Radar, Página 12.
El año 1969 comienza, como todo, un poco antes.
Un principio podría ser Sgt. Pepper, el primer caso reconocido en el que un grupo pop participó del trabajo de mezcla en el estudio de grabación. O, dicho de otro modo, donde el trabajo de mezcla fue parte del proceso de composición.
Otro punto de inflexión fue el Album blanco y el simple con “Revolution” como cara B y aquello de John Lennon corrigiéndose a sí mismo (“Si se trata de romper todo no cuentes (contá) conmigo”). Ese disco –el primero blanco, el primero doble, el primero en señalar todos los estilos futuros del pop-rock–, al fin y al cabo, salió a la venta en el famoso 68, el mismo año del Mayo Francés, de Axis Bold as Love de Hendrix, de A Saucerful of Secrets de Pink Floyd y de la Sinfonia de Luciano Berio donde a un movimiento completo de una sinfonía de Mahler se le superponían los Swingle Singers, textos poéticos y políticos y hasta lecciones de solfeo.
El ‘68, ese año contra el que despotricó el recientemente electo Sarkozy (“se destruyeron las jerarquías, la diferencia entre el bien y el mal, entre lo feo y lo bello”), fue un año en que las revoluciones (la de Lennon entre otras) estaban a la orden del día. Y fue el año en que, por primera vez, con una tapa filopsicodélica y un título que remitía a Lucy y sus diamantes –Miles in the Sky–, Miles Davis utilizó un instrumento eléctrico, la guitarra, tocada por George Benson. Luego, en ese mismo año, apareció el piano eléctrico en las sesiones que serían publicadas, a comienzos del ‘69, en el disco Filles de Kilimanjaro. Y después, la explosión. “La electricidad según Miles, como la belleza para André Breton, será convulsiva o no será nada”, escribió la revista especializada francesa Jazz Magazine. Se referían, por supuesto, a Bitches Brew.
Cuando se habla de jazz rock se puede estar hablando de muchas cosas diferentes. Del gesto pop –un pop en modo menor, además– de algunos arreglos de discos de jazz (californianos) de los ‘70. Del gesto jazzy de algunos arreglos de discos pop. De algunas experiencias de Frank Zappa; de algunas experiencias de Soft Machine. Pero lo que Miles Davis hace, en Bitches Brew, es apropiarse del lado más exasperado del rock; de aquel que tiene que ver con la guitarra distorsionada de Jimi Hendrix. Nada hay de la rítmica mecánica del pop, nada de la “forma canción”. Lo que interesa a Miles es el rock como ruptura y como estética, ligada tanto al propio sonido –el timbre de los instrumentos eléctricos, la distorsión, los efectos como el wah-wah– como a la manera de producir en el estudio y, también, de concebirse a sí mismo como músico. En una época en que la modernidad caducaba casi de inmediato y las estéticas de apenas unos años atrás pertenecían a un pasado remoto –entre Beatles for Sale, de 1964, y el Album blanco no hay cuatro años de distancia sino una eternidad– Miles Davis, aquel que había sido moderno en la fundación del Be-Bop, a mediados de la década de 1940, se las arreglaba para seguir siéndolo. El sonido de 1945 eran sus grabaciones con Charlie Parker. Y el sonido de 1969 era Hendrix dinamitando el timbre de la guitarra eléctrica en Woodstock y, también, qué duda cabe, era Bitches Brew.
Varios grandes discos del jazz vieron la luz sobre los finales de distintas décadas (el solo de Coleman Hawkins en “Body & Soul”, en 1939, Giant Steps de Coltrane o Ah Um de Mingus, en 1959). Lo curioso es que en cada uno de esos años terminados en 9, Miles Davis fundó el sonido del jazz de la década siguiente. En 1949, con The Birth of the Cool, creó el de la década del ’50, una década cool. En 1959, con Kind of Blue, inauguró la década del ’60, una década blues. Y en 1969 dio comienzo, con Bitches Brew, a la década del ’70. A una década eléctrica. Y, también, una década política, revulsiva, contestataria. Bitches Brew no es sólo eléctrico. Es salvajemente eléctrico. Lo que en los años del bop, con sus notas sostenidas sin vibrato y su preferencia por atacar las frases desde una disonancia tocada casi sin ataque, con suavidad extrema, había sido la profundización de las tensiones armónicas y, luego, a partir de 1959, el trabajo sobre el color y la polirritmia y la abolición de la forma basada en la canción, en los ’70 tomó la forma de improvisaciones colectivas casi sin pautas previas (como en el free pero con un gesto absolutamente distinto del de Albert Ayler, por ejemplo), donde los instrumentos amplificados se daban la mano con una especie de multirracialidad –la incorporación de percusión y sitar– y donde el resultado era una suerte de sonido líquido, multiforme y expansivo.
Pero hay un dato más. Suele decirse que la totalidad es más que la suma de las partes en tanto es el producto de todas ellas más lo que produce su combinación. Esas partes, si se piensa en los músicos involucrados en Bitches Brew, ya son lo suficientemente poderosas de por sí: un supergrupo sin conciencia de serlo. Chick Corea, John McLaughlin, Joseph Zawinul, Dave Holland y Jack DeJohnette serían ni más ni menos que los músicos más importantes de las décadas siguientes. Y, en particular, el jazz rock de los ‘70 tomaría su forma de los grupos que lideraron los tres primeros: Return to Forever (Corea), Mahavishnu Orchestra (McLaughlin) y Weather Report (Zawinul). Como piensa Sarkozy, es posible que el 68 haya derribado las barreras entre lo feo y lo bello. Y es posible que Bitches Brew no sólo no suene “bello” sino que, además de no haberlo buscado, sus artífices se hubieran ofendido ante tal adjetivo. Bitches Brew, sencillamente, invita a escuchar el sonido del Big Bang. Y nadie dijo jamás que el sonido del Big Bang deba ser “bello”.
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viernes, 6 de julio de 2007
cada día estamos menos solos
Descubren una corriente de estrellas que se precipita sobre la Vía Lactea
RAFAEL BARQUÍN
MADRID.- En enero de 2006 un equipo internacional de investigadores anunció el descubrimiento de una galaxia “satélite” de la Vía Láctea a la se denominó Virgo por estar ubicada en dicha constelación. Supuestamente, la galaxia no se había descubierto antes por dos motivos: su gran tamaño y su misma proximidad. Los autores suponían que Virgo era el resto de un sistema estelar en avanzado estado de destrucción por la acción de las fuerzas de marea de nuestra galaxia.
RAFAEL BARQUÍN
MADRID.- En enero de 2006 un equipo internacional de investigadores anunció el descubrimiento de una galaxia “satélite” de la Vía Láctea a la se denominó Virgo por estar ubicada en dicha constelación. Supuestamente, la galaxia no se había descubierto antes por dos motivos: su gran tamaño y su misma proximidad. Los autores suponían que Virgo era el resto de un sistema estelar en avanzado estado de destrucción por la acción de las fuerzas de marea de nuestra galaxia.
Recientemente, otro equipo de investigación, en el que participa el Instituto de Astrofísica de Canarias, ha publicado un estudio en 'The Astrophysical Journal' que ofrece una explicación distinta sobre Virgo. Ésta no sería el resto de una galaxia, sino una extensa “corriente de marea”, un río de estrellas, procedente de otra galaxia descubierta en 1994, y conocida como Sagitario. Esa corriente forma un anillo de estrellas que envuelve la Vía Láctea en una órbita polar; es decir, perpendicular al disco de nuestra galaxia.
Según este estudio, la gran densidad de estrellas observadas en la constelación de Virgo sólo es la proyección en el cielo de la corriente de Sagitario en su caída sobre el plano galáctico. Y precisamente esa corriente de estrellas se precipita hacia la región en la que se encuentra el Sol.
Para los autores del trabajo esta situación permitiría realizar experimentos encaminados a la identificación de la “materia oscura”, llamada así porque no emite o refleja suficiente radiación como para ser observada. Su existencia ayudaría a explicar algunas inconsistencias de la Teoría del ‘Big Bang’; o la propia forma de las galaxias. La corriente de marea de Sagitario que pasa por la Vía Láctea contendría cantidades considerables de materia oscura.
disney: catálogo de trastornos
INVESTIGACIÓN ESPAÑOLA
El sueño premonitorio de Disney
Los dibujos reflejan trastornos que no habían sido descritos por la literatura médica
ISABEL F. LANTIGUA
MADRID.- Bruno, el perro de La Cenicienta, sueña que persigue a un gato y, estando dormido, mueve las patas violentamente, ladra, aúlla y gime. Su comportamiento refleja las características propias del Trastorno de Conducta durante el sueño REM, un problema que los guionistas de Disney mostraron en pantalla varias décadas antes de que fuera descrito por la literatura médica.
"Estaba viendo con mis hijos, de cinco y dos años, la película 'La Cenicienta' y me sorprendí mucho cuando vi la actitud del perro Bruno porque era justo lo que le pasaba a mis pacientes", explica el doctor Álex Iranzo, neurólogo del hospital Clínic de Barcelona. "Pensé que era sólo una casualidad pero a la semana siguiente, viendo 'La Dama y el Vagabundo' observé que al personaje Triste le pasaba lo mismo, así que decidí analizar en profundidad las películas de Disney".
El resultado de su trabajo, que se publicará en la revista 'Sleep Medicine', revela que el trastorno de Bruno no apareció en los libros de medicina hasta 1986, mientras que la película de dibujos se estrenó en 1950. Además, ni el cuento original de La Cenicienta de Perrault ni la adaptación de los hermanos Grimm describen a ningún perro con este trastorno, lo que indica que fue una invención de Disney.
"Es sorprendente lo bien que describen este problema. Creo que los guionistas eran muy buenos observadores de la realidad y dibujaban de forma cómica lo que veían. Lo que antes era algo gracioso, la alteración del sueño, ahora está considerado como un trastorno médico", señala el doctor Iranzo.
Con la colaboración del doctor Carlos H. Schenck, neurólogo del Centro Regional de Trastornos del Sueño de Minesotta (Estados Unidos) y Jorge Fonte, autor de varios libros sobre la filmografía de Walt Disney, el experto del Clínic estudió 46 clásicos de Disney y más de 500 cortometrajes, desde 1937 hasta 2005 o, lo que es lo mismo, desde 'Blancanieves y los siete enanitos' hasta 'Zafarrancho en el Rancho'.
Así ha comprobado que junto a Bruno, también los perros Tod y Toby manifiestan el Trastorno de Conducta durante el sueño REM, una alteración caracterizada por una disfunción cerebral que impide a quien la padece tener un sueño tranquilo en su fase REM, en la que existe ausencia total de actividad muscular. "Aproximadamente el 2% de los hombres de edad avanzada tienen este problema, que se trata fácilmente", declara Iranzo.
Las pesadillas de Mickey y el insomnio de Donald
El trastorno de conducta durante el sueño no es la única alteración que han visto los autores del estudio en las películas de Disney. "En dos cortometrajes el pato Donald sufre insomnio, una vez porque el colchón es muy incómodo y en otra ocasión porque un grifo gotea y el ruido no le deja pegar ojo", señala el neurólogo.
Dos de los enanitos de Blancanieves también tienen problemas con el sueño. En el caso de Dormilón su propio nombre ya da una idea de que padece una excesiva somnolencia durante el día, pero además Mudito padece convulsiones durante el sueño.
Otros protagonistas de Disney con dificultades para caer tranquilamente en los brazos de Morfeo en algunas ocasiones son Pluto, que es sonámbulo, Gepetto, que ronca tan fuerte que molesta a los que están alrededor, Goofy, que en un corto padece lo que se conoce como trastorno del ritmo circadiano del sueño o la Bella Durmiente.
Ni siquiera se salva el mismísimo Mickey Mouse, el personaje más famoso de Disney, que en un cortometraje sufría pesadillas. "Es asombroso la gran exactitud con la que se reflejan todos estos problemas antes de que los médicos los tuviéramos en cuenta", reconoce el autor de la investigación.
El sueño premonitorio de Disney
Los dibujos reflejan trastornos que no habían sido descritos por la literatura médica
ISABEL F. LANTIGUA
MADRID.- Bruno, el perro de La Cenicienta, sueña que persigue a un gato y, estando dormido, mueve las patas violentamente, ladra, aúlla y gime. Su comportamiento refleja las características propias del Trastorno de Conducta durante el sueño REM, un problema que los guionistas de Disney mostraron en pantalla varias décadas antes de que fuera descrito por la literatura médica.
"Estaba viendo con mis hijos, de cinco y dos años, la película 'La Cenicienta' y me sorprendí mucho cuando vi la actitud del perro Bruno porque era justo lo que le pasaba a mis pacientes", explica el doctor Álex Iranzo, neurólogo del hospital Clínic de Barcelona. "Pensé que era sólo una casualidad pero a la semana siguiente, viendo 'La Dama y el Vagabundo' observé que al personaje Triste le pasaba lo mismo, así que decidí analizar en profundidad las películas de Disney".
El resultado de su trabajo, que se publicará en la revista 'Sleep Medicine', revela que el trastorno de Bruno no apareció en los libros de medicina hasta 1986, mientras que la película de dibujos se estrenó en 1950. Además, ni el cuento original de La Cenicienta de Perrault ni la adaptación de los hermanos Grimm describen a ningún perro con este trastorno, lo que indica que fue una invención de Disney.
"Es sorprendente lo bien que describen este problema. Creo que los guionistas eran muy buenos observadores de la realidad y dibujaban de forma cómica lo que veían. Lo que antes era algo gracioso, la alteración del sueño, ahora está considerado como un trastorno médico", señala el doctor Iranzo.
Con la colaboración del doctor Carlos H. Schenck, neurólogo del Centro Regional de Trastornos del Sueño de Minesotta (Estados Unidos) y Jorge Fonte, autor de varios libros sobre la filmografía de Walt Disney, el experto del Clínic estudió 46 clásicos de Disney y más de 500 cortometrajes, desde 1937 hasta 2005 o, lo que es lo mismo, desde 'Blancanieves y los siete enanitos' hasta 'Zafarrancho en el Rancho'.
Así ha comprobado que junto a Bruno, también los perros Tod y Toby manifiestan el Trastorno de Conducta durante el sueño REM, una alteración caracterizada por una disfunción cerebral que impide a quien la padece tener un sueño tranquilo en su fase REM, en la que existe ausencia total de actividad muscular. "Aproximadamente el 2% de los hombres de edad avanzada tienen este problema, que se trata fácilmente", declara Iranzo.
Las pesadillas de Mickey y el insomnio de Donald
El trastorno de conducta durante el sueño no es la única alteración que han visto los autores del estudio en las películas de Disney. "En dos cortometrajes el pato Donald sufre insomnio, una vez porque el colchón es muy incómodo y en otra ocasión porque un grifo gotea y el ruido no le deja pegar ojo", señala el neurólogo.
Dos de los enanitos de Blancanieves también tienen problemas con el sueño. En el caso de Dormilón su propio nombre ya da una idea de que padece una excesiva somnolencia durante el día, pero además Mudito padece convulsiones durante el sueño.
Otros protagonistas de Disney con dificultades para caer tranquilamente en los brazos de Morfeo en algunas ocasiones son Pluto, que es sonámbulo, Gepetto, que ronca tan fuerte que molesta a los que están alrededor, Goofy, que en un corto padece lo que se conoce como trastorno del ritmo circadiano del sueño o la Bella Durmiente.
Ni siquiera se salva el mismísimo Mickey Mouse, el personaje más famoso de Disney, que en un cortometraje sufría pesadillas. "Es asombroso la gran exactitud con la que se reflejan todos estos problemas antes de que los médicos los tuviéramos en cuenta", reconoce el autor de la investigación.
grave: desalojan a las heroínas de la coronilla
Como si le hubiesen robado su árbol favorito a perro callejero, fue la sención que embargó a cientos de cochabambinos, cuando se enteraron, que el brillante municipio inició los trabajos de traslado del mítico monemento de las Heroína de la Coronilla, desde la colina San Sebastían a la Casona Santivañez.
Conciente de la reacción que provocaría el desalojo, los siempre capacitados funcionarios ediles, optaron por señalar que el momumento sería trasladado al flamante museo de "Las Heroínas de la Coronilla" que abrirá sus puertas proximamente nada menos que en La Casona Santivañez, algo así como un museo dentro de otro museo, detalle que confirma los niveles de genialidad de los funcionarios municipales.
Paralelamente se admite también, los niveles de inseguridad ciudadana en la ciudad de Cochabamba, puesto que se opta por retirar antes que mejorar y cuidar. En dicha colina no existe seguridad alguna, está dominada por polillas, niños de la calle, jovenes y adolescentes inhaladores de clefa, que han incursionado en el robo como respuesta al hambre en la que viven. Existencia que no es un secreto para nadie y realidad que se vive desde hace años, lo triste es que no hay autoridad que le ponga freno a esta situación y que aplique un plan para rescatar a esta juventud y darles una oportunidad en la vida, porque simplemente no-les-interesa.
La falta de respuestas coherentes a esta situación, provoca ahora que otro grupo de funcionarios opte por el desalojo, arrancándole de cuajo a Cochabamba una imagen que desde ace años no sólo la representa a nivel nacional, sino internacional y que se ha convertido en un ícono de la lucha por la independencia... pero como no todo esta perdido, se anunció que el monumento a las Heorínas de la Coronilla, sería reemplazado por uno de fibra de cemento, esto para impedir su desmantelamiento paulatino, porque en la ciudad existen bandas que se dedican al robo de hierro y que luejo es comercializado en la decenas, cientas de herrerías de Vulcano que existen en toda la ciudad, plaga que al paso que va, terminará atentando a los parques infantiles, a la boca de tormentas, a la tapas de alcantarillado... habrá no más que plantear para su protección y seguridad la creación de más museos.
El traslado de las Heroínas de la Coronilla, no hace más que admitir que la delincuencia, el hampa hase está apoderando pualatinamente de varios sectores de la ciudad y que la inseguridad es un tema que nadie quiere tocar, menos enfrentar, ni qué decir de la gloriosa Policía, que en las últimas horas encontró la excusa ideal para justificar su falta de resultados, imagínese que todo su presupuesto se va en sueldos y que por esa razón no tienen planta para investigar, a ese coronel que dio tamaña explicación habrá que crearle otro museo, esta vez de la ineptitud, que de ser así tendrá que ser nomás a nivel nacional. Mientras tanto el mentado desalojo seguirá su marcha y el área en cuestión pasará a ser la Colina de la Eroína, en honor a lo que ahora será, a lo que estaba y a lo que hace años se hizo, resistir.
Al paso que vamos el otro momumento en cuestión y que está apunto de ser trasladado es el Cristo de Concordia, porque similar situación delincuencial se vive a sus faldas, el problema está si el despacho de Chaly Terceros es lo suficientemente grande como para recibirlo, de hecho su ego si, pero me temo, que en esta ocasión no alcanza. Se posaran los ojos entonces en el tiznado Hall Prefectural, Reyes Villa desde su balcón hablará con él y creerá que tiene su respaldo en su lucha por la presidencia de la República, de esa manera le brindará también a sus funcionarios la respuesta que tanto buscan cuando algún "extraviado" reportero, le pregunte sobre la fuente precisa de las declaraciones antigubernamentales que emitan, señalarán entonces al Cristo Redentor, como la verdad hecha Verbo.
En la vida, hay cosas que se ha hecho para mantenerlas, preservarlas y no trasladarlas, porque simplemente toda ciudad tiene derecho a preservar su memoria, su historia y a no a ceder comodatisiamente a las amenazas urbanas que estarán siempre en franco proceso de crecimiento, lo que se tiene que hacer es ajustarles las tuercas a esas decenas de funcionarios inútiles que sólo saben vivir del Estado y que nada aportan a su ciudad, empezando por los policías y terminando con aquellos que dicen ser parte de las "instituciones vivas", especialmente a esa "cochababineidad" que todavía cultiva nabos en sus espaldas.
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